A todos aquellos que nos ven empujando la pared:
Nuestra única intención es estirar cuadriceps y gemelos. En ningún caso queremos mover el edificio ni ganar espacio a la calle para poder aparcar en batería (aunque moverlo, lo hemos movido).


lunes, 28 de septiembre de 2015

CORRIENDO POR LA RIBERA BAJA

10 K FUENTES DE EBRO.

Ya hace tiempo que no habíamos decidido apuntarnos a alguna carrera. 
Sebastian y Paco, un servidor, decidimos apuntarnos a una carrera en un pueblo cercano y a una buena hora, las diez de la mañana.
Como los dorsales, camisetas y las dos "cebollas" ya habían sido recogidas el dia anterior en la tienda Zenith en Zaragoza, madrugamos poco y a las nueve horas quedamos en el muro. Como  casi siempre, Sebastian hizo de chofer. Y hacia Fuentes nos dirigimos.
 Llegamos a fuentes y encontramos buen parking delante del Pabellón. Ya te comente Alfonso que el pabellón estaba en alto, con lo que no lo tocamos.
Que gusto estas carreras, sin los agobios y las apreturas de esas otras que a veces nos toca correr.

Una visita a los servicios, visitando el magnifico pabellón con el que cuenta la localidad, y a la faena.
Unimos el dorsal a la camiseta, de estreno por supuesto. Ya se empieza a ver animación, y sobre las diez menos veinte empezamos a calentar, primero por el circuito a las afueras del pueblo y luego ya nos vamos acercando a la línea de salida. 
Estaremos unos setenta atletas (¿?) preparados para que suene el pistoletazo, ya hemos visto que los primeros kilómetros son en cuesta. Entonces comenta Sebastian, "por que no vamos con la liebre de 4:30 min/km". Lo mire, creo que entre sorprendido y alucinado, y comente "no creo que pueda llevar ese ritmo, ni en sueños". De otra cosa podríamos hablar si le hubiera hecho caso.
Las diez, el amigo Celedonio, cuanto tenemos que agradecer a este enamorado del deporte aragonés, dice que todavia faltan dos minutos. Tocara esperar. 
Por fín, PUM, suena la señal y salimos todos bastante rápido, como ya he dicho la calle pica hacia arriba, pero el primer kilómetro cae en menos de 4:20 min/km. Bueno pues puestos en faena esto no va nada mal. Llegamos al punto mas alto del circuito y seguimos las dos liebres juntas. Sosteniendo un buen ritmo. Subidas tendidas y bajadas rápidas, entramos ya por el centro del pueblo, la calle principal, llegando a la plaza de la Iglesia. Esto me lo conozco y se que hasta la meta (5 km) es todo subida. Luego tocara repetir vuelta.
El quinto kilómetro todo en subida se me hace duro y se nos va a 5:10 min/km.  Vuelvo a retomar velocidad cuando la subida se hace más tendida y veo que los kilómetros vuelven a caer entre 4:26 y 4:35, la verdad es que me encuentro bien.
. En el kilómetro siete me encuentro con fuerzas y adelanto a la primera mujer y a otro veterano, y  me  quedo en tierra de nadie. Faltan ya solo dos kilómetros, por delante llevo a otros dos corredores a unos metros, pero no puedo ir a por ellos. Por mucho que intento cambiar no puedo subir el ritmo.
Ya desisto y sigo a mi ritmo para acabar dignamente, sin muestras de estar cercano al desfallecimiento.


Llegada a meta y entonces oigo al amigo Celedonio,: "hace su entrada en estos momentos Sebastian Calvo", creo que a mi no me ha nombrado, siempre habrá clases...

Terminada la faena, nos acercamos a la mesa, preparada para tal efecto, y nos pertrechamos de bebida isotónica y agua, para recuperar lo perdido.

Solo tocaba esperar a las clasificaciones, por ver si había tocado la lotería. Antes de esto, vemos las carreras de niños de todas las edades, divertido ver como se esfuerzan las nuevas generaciones.
Al llegar a la categoría de veteranos mayores de 45 años, observo como el que sube en tercer lugar es el que llevaba a escasos metros durante los últimos kilómetros. Luego vería en la clasificación que me saco dieciséis segundos.
Bueno hemos disfrutado que es lo importante y contentos con las marcas entorno a 46-47 minutos sin haber entrenado mucho, y viendo el circuito, me hace acabar satisfecho.

Bueno, Fuentes de Ebro, aunque yo te veo todos los días, espero sufrirte el año que viene en la proxima
10 K. Hasta la vista.

Próximo objetivo, Mularroya....



jueves, 24 de septiembre de 2015

DONDE LAS LIEBRES DIERON A CONOCER SU CAMISETA....

III CARRERA REINO DE LOS MALLOS

Un viernes cualquiera te levantas de la cama y preparas lo que comienza a ser el último día de  la semana laboral. Sin otras expectativas que las de las habituales rutinas y de poder comenzar un fin de semana sin demasiado esfuerzo.

Todo eso cambia cuando tu compañera en la vida te comenta que una escapadita en plan novios estaría más que bien.
Hete aquí que uno se ilusiona como cuando era un adolescente, hasta que escucha de nuevo la dulce voz de su amada diciendo  ‘’Llévate las zapas’’.
Pero… ¿y la escapadita de novios?
Escapadita hubo y de novios también, pero menuda forma de demostrarnos amor y cariño.
-Esto es lo que se entiende ahora por ‘’Escapada de novios’’


Nos presentamos en Murillo de Gállego el domingo por la mañana, con ‘’las zapas’’ y las cosas del correr. Habíamos engañado a un amiguete a ultimísima hora del sábado y se acerco a la línea de salida sin saber muy bien donde se metía.
No sabe donde va y con quién.

-Aquí diciéndole ‘’La carrera es corta y preciosa, nos lo vamos a pasar chupilerendi’’

Así que después de comprobar que estábamos inscritos, como siempre, fuimos a cambiarnos y poder hacer el calentamiento previo.
Ella- Bueno ¿Te gusta esta escapada romántica?
Él- Estooo…  No lo acabo de ver.


La carrera del Reino de los Mallos tiene 3 modalidades. Una larga  de casi 23k, la corta de 13k y medio y una carrera para los peques de 2,5k.
Rutas

Nos habíamos inscrito en la modalidad corta, ya que en el verano no habíamos metido kilómetros a las piernas y sabíamos, por experiencia propia, que a estas carreras vienes en condiciones o no las terminas o te puedes medio infartar.
Nos colocamos en la línea de salida y comentamos que lo suyo sería salir con un paso alegre pero sin alardes, para poder ponernos en el grupo de delante e intentar evitar el típico embudo a los 2-3 kms y no quedarnos parados. La idea era salir a 5min/K y luego ya pasar a 5.40-5.50 y tirar Mallos arriba.
Dieron la salida y noté que algo ligeros íbamos, en el Garmin quedó marcado un 4.20 pasado el primer kilometro… Igual nos calentamos un poco, la verdad.
Así que tocó levantar el pie y ser conscientes de que  todo agosto sin prácticamente correr y salir en el primer kilometro como si lleváramos entrenado 3 meses para una maratón nos iba a reventar enseguida.
Salimos de Murillo y enfilamos camino hacia el pueblo vecino, y más famoso, Riglos.
La llegada a Riglos es cómoda. No encontramos  los temidos tapones iníciales por algún estrecho sendero y se llega a buen paso. Lo que si te encuentras es algo curioso. Antes de llegar a Riglos se cruza una pasarela colgante que permite el paso al otro lado del Gállego en la que, obligatoriamente,  te piden que la atravieses andando por aquello de la seguridad y estabilidad.
Pasarela en cuestión.

Una vez cruzada, se retoma el ritmo y a los 4,5 kms aprox.  , desde la salida,  correteamos por las calles de Riglos para comenzar a ascender a los Mallos.
Como apunte decir que la subida la hacemos por donde hice la bajada en la I Carrera de Los Mallos de Riglos el año anterior, y que si bajarla en aquella ocasión me pareció bastante técnica y exigente después de 20 kilómetros corriendo por el monte, subirla ahora me estaba haciendo pensar que era una manera de ‘’calentar’’ los gemelos y las lumbares de ensueño… (Modo irónico off).
Comenzamos a ‘’trepar’ y ya sentimos lo que nos espera. Subida escarpada y dura, nada de paseo por el campo y notamos la inactividad veraniega. Comprendemos enseguida que  sin entreno suficiente, esta subida nos fundirá vivos. Así que tirando de cabeza y tragándonos el orgullo, adoptamos el paso montañero y dejamos que nos pasen los más valientes y preparados.
Intentamos, entre resuello y resuello, disfrutar del maravilloso entorno y sus vistas.

Seguimos adelante y seguimos notando como pican los cuádriceps  y nos cantan los pulmones. La subida de las trae y mantenemos un paso acorde a la exigencia que sufrimos.
Modo trote-caminata montañera en todo su apogeo.
En el kilometro 7,5 aproximadamente, coronamos el punto más alto de la carrera y nos damos un merecido y necesario respiro, parando a oxigenar, beber y comer algo de fruta, por ese orden.
La subida es patente.

Tomando el necesario descanso nos sorprende ver llegar detrás de nosotros a otra pareja conocida que también habían planeado una escapada romántica de novietes… Esto del correr perjudica mucho la salud mental.
Digo sorprende, porque dicha pareja nos había sobrepasado 2 kms atrás y verlos llegar nos hizo preguntarles que les había ocurrido. Sencillo, se habían equivocado de camino. Suele suceder en estas pruebas, y habían tenido que desandar un trecho, nada grave.
Se han dado casos de corredores que han alargado sus carreras por perderse y sumar gratis unos kilómetros más a las piernas, vaya faena.
Iniciamos el descenso y después de un tramo algo técnico al que había que prestar atención por aquello de tropiezos y caídas, llegamos a un sendero en el que podemos correr tranquilamente y solo disfrutamos de la carrera sin observar mucho donde pisamos. Pero es algo pasajero, ya que a los 2 kilómetros como mucho, quizá menos, volvemos a meternos en tramos sinuosos y con piedra suelta.
Todo esto nos conduce al Barranco de la Mota que, en otras condiciones, lo habríamos bajado a fuego, pero la cosa no estaba para tirar cohetes. Decidimos entonces  hacer la bajada a ritmo prudencial hasta llegar al camino que lleva de nuevo a Riglos. Nos ponemos paralelos a la vía del tren y enfilamos hacia Murillo.
Antes de llegar, volvemos a atravesar la pasarela colgante en modo walking y ya, finalmente, recorremos los últimos tramos entre arboleda varia a trote ligero.
La llegada a meta, como no podía ser de otra manera, se hace en subida. Para recordarte de que  aunque no falta mucho, aun no has llegado. Es una manera divertida a la par que graciosa de acabar con lo que te queda de aliento. Sabes que ya has llegado, oyes la megafonía, la gente animando en meta pero hay que apretar y seguir subiendo.
Llegados sanos y salvos, recuperamos la poca vida que nos queda y después de unos breves estiramientos nos acercamos a  darnos la merecida ducha, con agua del tiempo, para refrescar ideas y sensaciones.
Que bonita camiseta
Nos quedamos en la zona de llegada esperando, estirando  y aplaudiendo al  resto de corredores para luego asistir a la carrera de los más pequeños y posteriormente a la entrega de trofeos.
Aquí llega la bomba de la mañana cuando anuncia el speaker local que mi gacelilla ha quedado tercera en su categoría y consiguiendo un puesto en el podio. Entre sorpresa y alegría, ya que habíamos llegado sin entrenar y con la sola intención de pasar la mañana haciendo lo que más nos gusta, corretear por el monte, la gacelilla lebruna se  sube junto  a las otras 2 corredoras para recibir su trofeo.
Momento foto

Para finalizar nos fuimos a comer a la Plaza del ayuntamiento  de Murillo. Lugar donde habían instalado una carpa y nos dimos un merecido homenaje. Subrayar que la organización y el menú de la comida nos sorprendió mucho y gratamente, ya que comimos en cantidad y calidad (Primero, segundo, helado, fruta, agua, cerveza, vino y de remate café) y los turnos para pasar a buscar la comida fueron divertidos y peculiares.
Nada más que decir.
Una carrera preciosa y dura. Una muy buena organización y unas ganas enormes de volver para la siguiente edición. Otra prueba que se puede convertir en una fija del calendario.

Volveremos.

martes, 26 de mayo de 2015

YA ESTAMOS AQUI DE NUEVO. MEDIA MARATON DE ZARAGOZA 2015

Después de bastantes meses, toca volver a retomar este blog para contaros lo que hacemos este grupo de amigos en esto del correr. Durante todo este tiempo hemos seguido corriendo, con mayor o menor intensidad, pero disfrutando sobre todo de la compañía de buenos amigos. 
Como todos los años disputamos varias carreras que concluyeron en el gran desafío del año la MARATÓN DE ZARAGOZA 2014. 
Bueno, todo esto es ya agua pasada, puede que algún día hagamos un resumen de ese 2014 que haces meses que termino.

MEDIA MARATÓN DE ZARAGOZA 2015.

Hace ya un par de meses nos pusimos en marcha para la preparación de la Media. Es el primer año que hacemos una preparación un poco planificada, todo lo que se puede planificar en este grupo de liebres.

Pero bueno llego el gran día, y toco madrugar. Casi llegamos antes de que pusieran las calles. A las 7:42 cogimos el tranvía en la parada de Argualas. Allí estábamos las cuatro liebres con una cara de sueño que espantaba. Al subir al tranvía, y como estaba previsto, nos encontramos con muchos corredores, no podía ser de otra forma, quien iba a ir un domingo hacia el centro de la ciudad a las siete y media.
  Este año nos acompañaba en nuestro desafío Rocio, amiga de Corre Valdespartera, que se enfrentaba a su primera media maratón, aunque ya había corrido esta distancia en carreras más largas y de mayor exigencia.

Sin casi darnos cuenta, nos encontramos ya en los vestuarios del polideportivo "Tenerias". Todo muy bien organizado como siempre, recogemos las pegatinas para identificar nuestras mochilas y procedemos a quedarnos en ropa de faena. Toca ponerse la vaselina, las ultimas visitas a roca, fotos, foticos, etc, etc. Queda todavía mas de media hora para el comienzo. Por allí empiezan a aparece ya Jose Luis, amigos y amigas de Corre Valdespartera, unos debutantes en estas lides, otros ya experimentados atletas (¿?).
Calentamos un poco y ya nos vamos dando cuenta de lo que nos espera, calorcito y humedad, mucha humedad. Objetivo beber y beber en todos los avituallamientos. Aun no hemos empezado y estoy sudando de verdad.
Nos dirigimos a la salida, se observa muy buen ambiente, no iba a ser menos, tres mil seiscientos corredores se van a enfrentar a la distancia.  Objetivo primordial, ir en grupo la mayor parte de la carrera y luego que cada uno cargue con su sufrimiento y la culpa de no haber entrenado mas y mejor.

Tres, dos , uno y pum, casi ni se oye, parece que bailamos "Paquito el Chocolatero", paso para adelante paso para atras. Llevábamos en mente salir con al liebre de 1:45 pero no hemos podido colocarlos todo lo bien que era necesario. Pasamos el arco, parece que a todo el mundo le pica la muñeca, será algún tipo de alergia, un tic, luego observare que en al llegar a meta ocurre lo mismo. 
Primer kilómetro, se sigue corriendo bastante mal, mucha gente, ritmo 5:10. Bueno no esta mal dentro de las previsiones, yo" no estoy para más", pienso. Llegamos a la cuestecilla del Puente de Piedra, buen ambiente, un grupo de animación numeroso nos lleva en volandas. Siguen pasando los kilómetros y vamos viendo que las previsiones se cumplen incluso mejorandolas, no alcanzamos a la liebre de 1:45 pero ya estamos en un buen ritmo 4:58 min/km. Pasamos los cinco kilómetros, muy por debajo de los veinticinco minutos. Primer avituallamiento me bebo el botellin, seguimos todos juntos. Llegamos al Paseo Longares, bonito recorrido que hace que recordemos bellos pasajes de Maratones próximas en el tiempo (je,je...). Hala ya toca subir por primera vez el puente del Tercer Cinturón, alli nos espera una subida que ahora no notaremos, pero luego tocara sufrir más adelante. Bajada hasta el Paseo Echegaray y dos kilómetros de recta interminable, volvemos a llegar a la zona central de la media y aqui si que hay muy ambiente, mucha gente mucha animación, se corre con alegría. Seguimos el grupo todo junto, no se quejará nuestra compañera de como la arropamos.

Ya estamos en la Plaza del Pilar, media maratón, muy buen tiempo, toca dar la segunda vuelta y ya se sabe nunca segundas partes fueron buenas. Van cayendo los kilómetros, todo el grupo sigue estirado pero bastante junto. Toca otra vez el Paseo Longares, ya no lo veo con tan buenos ojos, el cansancio ya hace mella. Ya no notamos el calor del grupo parece ser que vamos juntos pero ya no tan alegres.
Llegamos al kilómetro dieciséis y la cosa va bastante bien, me encuentro fuerte y meto un pequeño acelerón, comento que voy a tirar así un par de kilómetros y luego ya veremos como termino. Bueno pues el subidón me dura unos ocho minutos, lo que me cuesta recorrer casi dos kilómetros. Hasta aquí han durado mis fuerzas, estamos a la altura del azud y le comento a Rocio, " no puedo más, tira hacia adelante". Me quedo clavado y veo alejarse a la hasta entonces compañera de viaje a toda velocidad.
Ahora me espera la subida al puente del tercer cinturón, voy prácticamente parado, se me esta haciendo muy duro este tramo. Casi coronando el puente me pasa Sebastian y al poco tiempo se incorpora también J.M. Yo voy con el bajón y comento que no puedo más, que se vayan para adelante. Pero en la bajada del puente al paseo recupero sensaciones, solo sería un espejismo, parece que voy mejor. El paseo es muy largo casi dos kilómetros muy rectos, otra vez interminable recta.
Prácticamente en la esquina con San Vicente de Paúl, esta el último avituallamiento, cojo el botellin, sigo acompañado con JM, bebo unos tragos y con el resto me doy una refrescante ducha. En ese mismo momento bajón mental, comento "yo me paro" y así lo hago. Gracias a mi compañero, y después de andar unos metros, reinicio la marcha. En este mismo momento pasa la sorpresa de la mañana, Sebastian, que va como un tiro. Subimos la cuesta que nos llevara hasta el Coso y allí otra vez la cabeza dice basta, me paro y empiezo a andar, otros metros andando y cuando los malos pensamientos se retiran de mi cabeza , vuelvo a correr, siempre ayudado por la inestimable ayuda de Jose Marí. Queda menos de un kilómetro, que largo es un kilómetro, calle Don Jaime, las famosas frases de "venga que no queda nada" etc, etc y llegamos por fin a la calle Alfonso.

Aquí muchísima gente mucha animación y estos últimos metros si que se corren como si fueran los primeros. Llegada a meta, y esto hay que celebrarlo, dos liebres juntas entran en meta haciendo la liebre. En el vídeo de llegada ha quedado reflejado, para el que quiera verlo.
Pasada la líena de meta nos encontramos al resto de compañeros, Rocio, pedazo de marca que ha hecho en su primera media, Sebastian que ya esta entre las liebres más rápidas, Alfonso el veterano del grupo que llega prácticamente detrás nuestro y José Luis con su marca estratosferica, esta ya a otro nivel.
Primeros comentarios pos carrera, todos contentos de haber pasado otra mañana haciendo esto que tanto nos gusta CORRER ENTRE AMIGOS.


Como si acabáramos de terminar.



viernes, 20 de junio de 2014

I SUBIDA AL TRONO DE FELIPE VI - VALES DE CADRETE 2.014

   
 
 
 
 
Apañeros del metal que corre:
    Despues de las series del miércoles (mucha droga se me metieron Vds en el cuerpo, si no me lo expliquen...) y ante la posibilidad cada vez más cercana de que no se corra Remolinos por la lejanía (me ha quedado bien el recurso literario cercanía-lejanía, eh?), puedo proponer (y propongo) la I ULTRA-TRAIL "SUBIDA AL TRONO DE FELIPE VI-VALES DE CADRETE" 2014, con el siguiente reglamento aprobado por la FOC (Federación Oregonesa de Correveidiles):
 
0.- La carrera será en régimen de autoinsuficiencia.
 
1.- La salida será en coche a las 9:00 h mañana en el muro.
 
2.- Salida ya de carrera a las 9:15 en la rotonda de la entrada última a Cadrete (Donde está el picadero ese de KADRIT). Como cabe la posibilidad de encontrarnos a alguien saliendo del susodicho establecimiento igual la salida se puede retrasar diez minutos. No creo que el que salga le dé por venirse con nosotros, ese ya habrá hecho "sus series".
 
3.- Atravesaremos la carretera y la via del tren para retormar el camino.
 
4.- Subida tendida con algún repecho en dirección a La Muela. Aquí, como siempre, dos posibilidades:
4.1.-Corta, a los 5 kms aprox se toma un camino que sale del principal de vuelta. Salen unos 11 kms.
4.2.- Larga (ya saben Vds, como el FUNDADOR). Completa hasta completar a media ladera unos montes que hay justo antes de la última parte de la subida a La Muela. 14-15 kms.
 
5.- La organización permitirá a los corredores trasladarse en coche hasta la línea de salida/meta.
 
6.- La organización permitirá a los corredores utilizar el coche como guardarropa.
 
7.- La organización no dispone de avituallamiento líquido pues, aunque no hay bares por el camino, pueden llevar un bidoncito que no se van a herniar Usias.
 
8.- La organización no dispone de avituallamiento sólido. Chaparras no hay.
 
9.- Los que quieran camiseta técnica que se la compren en el Decartón.
 
10.- Los premios serán los siguientes:
1º General: Invitación a participar en el Maratón de ZGZA (pagándosela él, claro)
2º y 3º General: Colleja, por malos.
1º Veteranos C (mayores de 50 años): El resto de los corredores lo invitarán a una jarra fria de cerveza (uhmmmm).
 
11.-Descalificación: Será motivo de descalificación todo corredor que tire colillas al suelo, que empuje, insulte y agreda a sus compañeros, y que se aproveche de su superioridad física para dejarlos atrás. Hala.
Zaragoza, I año de S.M. FELIPE VI DÉSPAÑA!
La liebre Diesel de Las Nieves
Alfonso
ENTALTO OREGÓN





 

viernes, 2 de mayo de 2014

VIII CARRERA DEL EBRO

Aunque ya se encuentra casi olvidada la pasada edición de la Carrera del Ebro, no quiero dejar de mencionar en este blog nuestra participación en la misma  con la visión que da la distancia (en el tiempo, se entiende).

Participamos José Marí y un servidor en ambas variantes de la carrera (14 K y 30 K). Y el zorro (Miguel Angel) al que ultimamente nos encontramos mucho por estos mundos runeriles.

Mucho ambiente a las 9:00 h en una mañana fresca, con bastante aire y que nos iba a deparar una jornada dura por las zonas altas del campo de maniobras de S. Gregorio. Calentando, los aproximadamente 800 locos que optamos por la Trail 30 K. Los del 14 K saldrían 1 hora y media más tarde, lo que se notaría en las condiciones climatológicas.

Decido salir de manga corta, dilatando el momento de quitarme el cortavientos al máximo, cinco minutos antes del pistoletazo de salida. Como complemento, al igual que el año pasado, opto por llevar cinturón para los geles (me llevo dos, de los que utilizaría solo uno) y el bolsillo para el bidón de agua (que llevaría vacío). La jugada era aguantar hasta el primer avituallamiento en el km 10 aprox donde tomaría una botella de agua y, tras beber un par de tragos, la guardaría en el cinturón. Me vino fenomenal, pude hacer el primer tercio de carrera sin lastre y repetí la jugada con la botella de isotónica.

Unos minutos antes de la salida veo a Miguel Angel "El zorro", charradica con él y, enseguida, salimos. Vuelta de rigor a las pistas del CAD y una vez fuera, hacia la rotonda de Juslibol. De esta en un momento nos plantamos en el camino de la entrada a las instalaciones militares. Comienza ya la tierra, que el personal ya está cansado de tanto asfalto...

Entramos en el campo de maniobra, voy en un lugar cómodo (calculo que en mitad aproximadamente del pelotón). La subida se hace cómoda, no llevo a mis compañeras liebres que hubieran empezado ya a tirar hacia arriba y yo con ellas. Enseguida acabamos de coronar la pequeña barranquera que, entre pinares, nos deja en la primera plana. Primeros "hitos" marcándonos el camino formados por los carros de combate, camiones y demás parafernalia que el Regimiento Castillejos, pone a disposición de la carrera. Comenzamos con los toboganes, sube y baja, baja y sube y vuelta a empezar. Esta zona es un poco rompepiernas y empieza a soplar el viento que, en ocasiones, dé sensación de dejarte totalmente parado.

Llegamos a la zona de Sta. Cristina (km 7  aprox), se acaban los toboganes y empieza la dura subida que, hasta el km 10, no tiene descanso alguno, con el aire de cara y el sol cegándote. Me noto bien,, no sufro en exceso y visualizo la bajada siguiente. Llegamos al avituallamiento en el km 10 y tomo una botellita de agua, bebo cuatro sorbos, despacio para no atragantarme y, cuesta abajo, me lo guardo en el cinturón y me lanzo. El camino es malo, contínuas cárcavas profundas en el centro del mismo que te hacen saltar de lado a lado, lados en pendiente y piedra suelta en las pocas zonas corribles. En uno de los saltos, me cruzo con un corredor que me llama la atención: "Ten cuidado, que vas a tirar a alguien". La verdad es que tenía razón y había hecho el cruce de manera súbita, por una reacción rápida hacia un obstáculo que no había visto. El sol me ciega y vamos muy juntos, con lo que dejo unos metros libres entre el de adelante y yo. Pero el de atrás me rebasa y se me pone pegado  delante, con lo que tengo que volver a hacer lo mismo. No es la primera vez que, de esta manera, pierdo posiciones en las bajadas. Habrá que depurar la técnica o intentar no ir en grupos numerosos. Me tomo mi primer, y único, gel. El botellín de agua que me he guardado me viene de perlas.

Se acaba la  primera bajada larga y, de nuevo, subida hasta un repetidor de radio, km12 aprox. Corta pero con una pendiente más exigente, se corona el repetidor y por una cuesta que da vertigo, acabamos en el barranco de Lecheros. Este baja hasta Alfocea, pero un par de kms antes nos desviamos a la izquierda, remontando la pared del mismo. La bajada del barranco se hace, como su nombre indica, a toda leche. En el km 15 nos dan avituallamiento con bebida isotónica. Increíblemente, algunos toman el botellín y apenas le dan un trago que lo tiran al borde del camino. Es el colmo del derroche. Yo lo sustituyo por el botellín de agua en mi cinturón.

Como decía, un par de km antes de que muera el barranco en la huerta de Alfocea, giro de 90º a la izquierda y subida diabólica. Los primeros 200 metros corro pero, al igual que el año pasado, acabo parado y subiendo andando, eso si, con paso largo y ligero. Aquí me alcanza Miguel Angel que para conmigo y subimos juntos los últimos 150 m. Una vez arriba comenzamos de nuevo a correr, en un primer momento tranquilos pero cuando la pendiente se acentúa Miguel Angel empieza a tirar fuerte. Le aguanto un kilómetro pero al final tengo que decidir entre ir con él y cargarme los cuádriceps o guardar para los últimos kilómetros con las piernas menos castigadas. Elijo lo segundo y dejo que se vaya.


A continuación km 20, viene una última subida que, de nuevo, nos lleva a la plana superior del campo de maniobras, de nuevo algunos sube y baja y, ya a lo lejos, se vuelve a adivinar la depresión del Ebro, Zaragoza está abajo. En un par de kilómetros vemos aparecer por un camino de la izquierda los corredores de la 14 K que están discurriendo por mitad de su recorrido.  Ambas carreras se unen en una sola para abandonar la zona militar. Discurrimos por la parte superior del escarpe de Juslibol, entre un pequeño pinar de carrascos bajos y un camino totalmente inundado de piedra suelta, zaborros. Este momento es delicado pues viene una rápida bajada que los paticipantes (sobre todo los de la corta) hacen a toda mecha.

Piso mal y estoy a punto de torcerme el tobillo. "No, si aún me dejaré ahora el tobillo en esta m* de camino!", grito. "Pues tenga Vd. cuidado con el tobillo, hombre!" me responden. Me giro y es José Mari que me ha pillado en esta parte, lo saludo, me pregunta qué tal voy. Bien, le respondo, con ganas de pasar esta parte. Me acompaña unos metros y le digo que vaya para adelante, que no me espere.





Final de bajada de los zaborros y, sin apenas continuidad, aparece el último "muro". Ya lo tenía pensado hacer andando, a los pocos metros de empezar comienzo a andar. Me adelantan por izquierda, derecha por arriba y por debajo, pero me da igual. Los que lo hacen en su mayoría apenas llevan 8 kms en sus piernas, yo llevo 24 !!!.

Una vez arriba, vista preciosa de Zaragoza y bajada de la culebrilla. Más piedras pero se hace mejor. Mucha gente animando, en la parte baja ciclistas y andarines nos aplauden. Enseguida viene lo peor de esta carrera, para lo que me he querido entrenar psicológicamente. Son los últimos 5 kms llanos, de huerta. Me he preparado durante el transcurso de la carrera pensando que la mayoría me iba a dar el cierzo de espalda y me iba a ayudar, como así fue. Pero al principio, en un tramo de asfalto malo, empiezo a notar que se me contractura el gemelo derecho. "Será posible!!, Vamos, hombre, no me j*!". Bajo algo el ritmo y entretengo la mente en el momento de entrar en meta. ¡ Y me funciona !. Dejo de pensar en las molestias y se van!. Llegamos a la ribera del Ebro, giro a izquierda de 180º y últimos 3 kms, con el aire a favor.




Muchos corredores van andando, otros se han parado, adelanto a alguno, muchos me adelantan, pero cada paso que doy me acerca más al final. Echo un trago, último, de isotónica y me pongo el automático. Se acaba el tramo de ribera y se sale al aparcamiento norte de la Expo. Lo cruzo, piso todos los vierteaguas habidos y por haber, será posible que no me haya librado de ninguno?. Pero todo tiene su fin, y junto al final del mismo se encuentra Paco "Ahí va esa liebreeeeeeeee!!!!". Me animo, entrada a las pistas y aprieto para hacer los últimos trescientos metros a tope. Adelantando a varios corredores, por una vez en mi vida, e intentando cruzar el arco de meta con la mejor apariencia posible. Creo que fueron 2h49min. Más o menos como el año anterior, pero este he llegado bastante más entero.



Me reúno con José Mari y Miguel Angel, tranquilamente tomamos un botellín de agua y alguna fruta. Y, menudo detalle, se nos obsequia con un caldo caliente que estaba de rechupete. Nuestro agradecimiento y felicitaciones por la organización de la prueba que, año tras año, gana mas adeptos y reconocimiento. El próximo año, seguiremos asistiendo y, a ser posible, todos.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

MULARROYA 2013

 
La carrera de Mularroya siempre ha sido de nuestras favoritas, quizá porque fue de las primeras de montaña que disputamos y por el trato de sus organizadores, el Club Atletismo de La Almunia.

Con la mente abierta hacia lo que puede salir, nos presentamos a las 10:10 h en la zona de salida. Nos hemos seguido apuntando a la carrera corta (15 kms) cuando es el segundo año que se ofrece una de 21,5 kms por parajes nuevos. A ver si el próximo año damos el salto por variar.

Lo primero es hacernos con los dorsales y buscar un bar para tomar un cafelito caliente, que apetece mucho, por lo menos a mí. Además dicen que la cafeína reporta un plus al rendimiento deportivo (será al que tenga cosas de esas).


Las 10:30 y dan la salida a los valientes de los 21,5 kms. Estamos intentando elegir entre nuestro “fondo de armario”, mejor quedaría “fondo de maletero”, qué ponernos. La decisión se basa única y exclusivamente en criterios atmosféricos y meteorológicos (temperatura, viento…). Como no vienen las mujeres nos da igual que no combinen las prendas. Podemos ponernos una camiseta verde con un pantalón fucsia y unos calcetines blancos con buff amarillo, ¡y no pasa nadaaa!.

El perfil, a pesar de lo que parece, no es tan duro.

Medianamente reconciliados con la estética calentamos al trote durante 10 minutos, estiramos y a las 10:58 nos colocamos tras el arco de salida/meta.  

Suena el pistoletazo de salida y de inmediato ya estamos corriendo. Es lo que tienen estas carreras con apenas 200 inscritos.
 
Salimos de la población buscando los campos olivares por pista asfaltada que pica un poco ya hacia arriba. Al rato miro el reloj y me marca 5min54seg, pienso que ya hemos pasado el primer km, Sebastián me lo confirma, 1,2 km. Esto es ligeramente por debajo de los 5min/km, bien. Me encuentro muy bien, recuerdo el año pasado que ya de salida iba como fatigado. Creo que éste, que llevo descansando desde el miércoles, he acertado.

Entramos en terreno de tierra, ¡por fin!, decía alguno. La pista no está muy bien, muchas cárcavas, piedras y baches, pero ya teníamos ganas de entrar en terreno blando. Enseguida, km 3,5 aprox. y entrada en el pinar bajo. Rápidamente comenzamos la ascensión por el barranco (no recordaba que se cogía éste directamente). Senda muy técnica, con muchos pasos delicados, de estudiar bien dónde se pisa, mucha piedra angulosa que hace que, a escasos 500 metros ya estemos andando. No me viene mal andar un poco para recuperar de las primeras cuestas, pero cuando llevo 5 minutos me canso e intento adelantar. Puedo adelantar a un par de féminas y otro par de caballeros. La ventaja entre andar y correr no es mucha, pero me fastidia hacer casi toda la subida del monte andando. Al rato salimos del barranco y alcanzamos una zona de pinar más “corrible”, esto es otra cosa. Seguimos yendo en fila de uno y el ritmo me resulta cómodo de llevar. Alguna rampa que hay que cogerla “con carrerilla” y cruzamos la pista. Aquí, recto seguimos atacando la última parte de la subida, la cresta del monte Mularroya. Un poco más de correr y de nuevo la fila de gente caminando. Sigo corriendo un poco más, hasta que la pendiente se hace insostenible y, los últimos 200 metros, los hago andando, apoyando los brazos en las rodillas e impulsándome de esta manera como los buenos de los trails.

 
Llegamos al cabezo y ya a 100 metros se adivina el puesto de avituallamiento líquido, km 6 (tiempo 37 min). Decido tomar una botellita de agua y parar un poco (40 segundos más o menos) para tomármela y ver si vienen mis compañeros.

 
No los veo, si que veo llegar a María José Poves que había hecho el primer tramo marchando.  Arranco de nuevo y me dejo caer por la pista. Sin esforzarme mucho cojo velocidad, aviso a alguno de la presencia de alguna curva cerrada y peligrosa. En estos momentos recuerdo cómo bajábamos otros años por aquí. Decido ser conservador y a ver si me pillan las otras liebres.
 

Me adelanta gente que tira mucho hacia abajo y ha sido conservadora en la subida, no me pico, voy a mi marcha y tengo de referencia a un grupeto de 5 personas delante, a unos 15 metros. Buena distancia para reaccionar y mantener ese ritmo. Voy muy cómodo, y sin apenas darme cuenta llego al final de la primera cuesta. En este momento se me une un mozo que no conocía la carrera y, a la vista de la curva y de nuevo cuesta hacia arriba, me pregunta qué viene ahora. Se le  había hecho muy dura la subida. Yo le contesto que son apenas 750 metros de subida y ya todo para abajo. Le indico por dónde se incorporan los de la carrera larga, que vemos venir, con otro ritmo más tranquilo que el nuestro.
Monte de Mularroya

Por fin alcanzamos el segundo punto alto y nos adentramos en senda entre los pinos y, al final, en otro barranco de bajada. Voy muy bien situado pero no puedo manejar bien la velocidad con los brazos. Me lo impide la lesión del hombro izquierdo y decido ir más tranquilo, doy paso a todo el que veo detrás, facilito al extremo los adelantamientos y no me importa perder posiciones, no estamos para jugárnosla con cualquier pedrusco.

Como todo lo que empieza acaba, el barranco también. La senda técnica se convierte en camino que me da una mejor posibilidad de correr. Aquí me adelanta la Poves que, con un ritmo que parece muy cómodo, pone tierra de por medio.  Adelanto a alguno que va un poco cansado (puede ser de los 21,5 kms o de los 15, en estos momentos estamos todos revueltos), sigo teniendo de referencia al grupeto de cinco con los que voy desde la cumbre y calculo que apenas quedan unos 3,5 kms para acabar. Miro el reloj y veo 1h04min.

 
Viene como en casi todas las carreras (la del Ebro, la TMT de La Puebla) el ineludible tramo final asqueroso, relativamente llano y aburrido. Pongo el “piloto automático” e intento abstraerme de los pensamientos negativos.




Cruzamos por debajo de la acequia  donde todos los años, y este no iba a ser menos, hay un charco y, al ratico ya estamos en la pista asfaltada, un kilómetro escaso y meta!. En estos momentos tengo a 20 metros a la Poves que ha reanudado el estilo de marchadora. Me cuesta una barbaridad alcanzarla ¿cómo es posible tener esa velocidad de marcha?. Pero, claro, para eso es élite nacional. Por delante un rosario de corredores, la culebra multicolor que dicen en ciclismo, de uno en uno todos por la misma margen de la carretera. Ya se adivina la curva a 90 grados y, tras esta, unos 100 metros y meta.

Un servidor en el último sprint

Pico en 1h23min, tiempo bastante discreto pero con muy buenas sensaciones al acabar. Otros años hemos hecho mejor tiempo pero he acabado sufriendo como un perrrrroooo!.  Me quedo con lo de hoy.  Calculo (luego lo confirmaría) que habría quedado por mitad de tabla más o menos.


Sebastián y José Mari disfrutando de los últimos metros
Espero al resto de compañeros que vienen en un rato y juntos entramos al pabellón, sin estirar ni cambiarnos que el año pasado fuimos a “adecentarnos” y nos quedamos sin aperitivo.
 

Ambiente estupendo post-carrera
Dentro, como no puede ser de otra manera, barra libre de cerveza  y de otra cosa que dicen que lo es pero que no tiene alcohol.  Después pistoletazo de salida a las viandas. Nos colocamos en una mesa con los del atletismo JALÓN que comen como jabatos y con los que compartimos unas risas, sobre todo con Lurdes Chávarri, a la que felicitamos por su campeonato de España de los 100 kms.




Uno de los héroes del día: El cortador de jamón
Vuelta para casa y a descansar. El año que viene por mi parte, de nuevo acudiré a esta cita Ya será la IX edición, de las que habré participado en seis, por algo será… Veremos a ver si estamos todas las liebres al completo y le echamos “g…sss”  y hacemos la larga.  Habrá que prepararse bien.




jueves, 3 de octubre de 2013

CRÓNICA AGÓNICA DE LA MARATÓN DE ZARAGOZA 2013


CAMINO DEL INFIERNO (una narración escalofriante de Paco)

                Domingo 8:30 horas, parque José Antonio Labordeta, suena el pistoletazo de salida de la VII MARATON DE ZARAGOZA. Por los altavoces suena “Autopista al infierno” de AC/DC, nunca me pude imaginar que sería un presagio de lo que posteriormente pasaría.

A la salida ¡Qué frescos que estábamos todavía!
                El recorrido es el mismo que todos los años, me coloco acompañado de las liebres en el final del pelotón, para así poco a poco ir avanzando hasta  el lugar que debemos ocupar. Pronto empezamos a pasar atletas, nos molesta correr rodeados de codos, y nos vamos encontrando cada vez más cómodos. Primero pasamos a la liebre de 4 horas y antes del kilómetro diez estamos ya delante de la liebre de 3 horas 45 minutos.
Abandonando por fin el Parque Grande
Recorremos zonas sobradamente conocidas y esto hace que mi ritmo sea muy alegre. Por delante vamos dos liebres (José Mari  y un servidor) y las otras dos (Miguel Angel y Alfonso) comandan el grupo de tres horas cuarenta y cinco minutos.

                Sobre el kilómetro once, entablamos conversación con un corredor “Jesús Delrio” “Macari”” ultramaratoniano-recortador de la localidad de Agreda. Nos comenta todas sus hazañas desde que a los treinta y cuatro se dedica a esto del correr. Bueno hablando, hablando, se van pasando, pasando los kilómetros y ya a la altura de San José se nos alcanza Alfonso. Al grito de “cabr… no habéis mirado hacia atrás”, pasamos de ser dos a ser tres

               


                Casi sin haberlo pensado, estamos ya en la media maratón por la Z-30, tiempo 1 hora 47 minutos oficiosos. Vamos rápidos pero yo empiezo a notar que algo no funciona como es debido. Voy haciendo “la goma” varias veces. Pierdo diez-quince metros y vuelvo a reintégrame al grupo. Llegamos ya a la ribera. Ahora toca unos kilómetros entretenidos, vamos a ver qué pasa. Entramos en el Casco Viejo de Zaragoza, Arco del Deán,  San Vicente Paul, donde Alfonso tomaría unos metros de ventaja, Coso, etc, etc, hasta llegar a la plaza del Pilar. Vamos prácticamente solos, en “tierra de nadie”,  y por delante del grupo de 3h45min. Esto está muy animado por algunos momentos me olvido de mis problemas y seguimos a lo nuestro.

Ya llevo un par de kilómetros pasándolo mal, me duelen las piernas.  A la llegada a la Plaza del Pilar tomo la decisión y así se lo comunico a José Mari, que tiraba de mi en estos momentos, me retiro. Es un buen sitio y estoy bastante cerca andando de la guardarropía.
José Mari junto a Chema Martínez
Estoy ya parado y veo alejarse a mis dos compañeros, les deseo que lo den todo ya que se puede hacer una gran marca, pero, desde todas las direcciones me llegan voces “no te pares, está  todo hecho” , “ya no queda nada (17 kilómetros  pienso)” “vamos” “ánimo”. Cambio la decisión y sigo hacia delante. Llego al puente de Piedra,  giro hacia el puente de Hierro y allí me pasa  el grupo de 3 horas 45 minutos. Sufrimiento,  dolor,  los músculos están contracturados,  pero puedo seguir corriendo. Volvemos a coger el paseo Echegaray, aquí ando unos doscientos metros, y ya veo el  puente de la Ronda. Al reiniciar la marcha he cambiado un poco la zancada y parece que me duelen menos las piernas. Empiezo la cuesta que sube al puente y decido subirla andando. Al llegar arriba le pido a una patinadora un poco de frío.  Se pasa el dolor, corro, pero solo un par de minutos. 
Miguel Angel, por Ranillas


Afrontando la última parte
Llego al avituallamiento del kilometro treinta y cinco, todavía quedan siete. Bebo dos botellines de agua, un vaso de isotónica y reinicio la marcha. Por ahora voy a seguir andando. Me empieza a pasar gente y me engancho a un “alma gemela” que me dice que no me pare y vuelvo a correr, entre los dos  vamos animándonos y a la vez animando a otros. Cada vez que veo una patinadora o patinador casi lloro de alegría y un avituallamiento con esponjas supone unos minutitos de relax. Ya hemos hecho un grupo de cinco “almas en pena” `por el Paseo Longares. Entre frases como “no puedo más”, “voy jod..” “que aburrida es esta zona” “seguir vosotros” , se pasa este lugar. No sé si es que me encuentro mejor o es que veo a los demás peor,  la experiencia también es un grado, pero aquí aún corro algunos metros tirando del grupito, o eso me parece a mí.

Llegando...
Otra vez al Paseo de la Ribera, ya queda menos, creo que pasamos el kilometro treinta y siete, esto ya es penoso, menuda manera de arrástrame por el asfalto, subo la cuesta del Puente de Piedra, en algunos tramos formo parte de una fila interminable de corredores-andarines con cara de “muerto viviente”, hablamos, nos animamos, nos animan, nos preguntan cómo vamos y desde el público la misma frase “vamos que no queda nada, no paréis ahora”, sigo sufriendo y lo malo es que no me encuentro mal, pero ya no hay ninguna parte del tren inferior que no me duela.
Ya estamos llegando a la Arboleda de Macanaz y del grupo de cinco solo quedamos dos, el resto se ha ido parando. Bueno, pero hemos vuelto a correr. No puedo apoyar en ningún momento con los dedos del pie, mi correr ahora es apoyando el talón y un poco la parte externa, en estos momento me veo el lunes en la cama sin poder moverme.
¡Vamos, Paco, que ya lo tienes!
 Veo acercase a una corredora habitual de estas lides, “Lourdes”, cruzamos unas palabras, le doy la enhorabuena por el pódium en el campeonato de España de 100 km en ruta, me pregunta que tal voy, le contesto que muy mal, me anima, y sigue a toda mecha. Bueno como un Ferrari ella y un seiscientos yo. Veo la noria y toca la subida en la entrada de Helios,  la hago corriendo. Al girar hacia la derecha se me vuelven a subir los gemelos, creo que esto habrá ocurrido ya una docena de veces. Por aquí me debió pasar el grupo de cuatro horas. No quise ni mirarlos, no sea que me hubiera animado a seguir con ellos. Patinadora a la vista, a por ella y frío, otra vez frío, gracias.

Pasarela del Voluntariado
Ahora me saluda otro buen amigo: Alberto Pallarés (gran marchador y mejor persona), por la cara que pone, me debe ver muy jodido. Me pregunta si me he hidratado bien, le contesto que sí (me estoy bebiendo hasta el agua de los charcos), que me duelen mucho las piernas. Otra vez ánimos, en estos momentos se agradecen mucho. Pero, ya no puedo más ,  debo haber corrido ochocientos metros y las piernas dicen que vale.  Me planteo andar el puente de la  Almozara, intento estirar pero no puedo, al enfilar la bajada hasta la Ribera otra vez piernas contracturadas, gemelos subidos y dolor mucho dolor. Me paro y decido andar hasta el final, deben de quedar poco más de dos kilómetros.  Más patinadoras, más spray, creo que las he conocido a todas.
Meta ¡por fin!

Penúltimo avituallamiento, palabras de aliento de los voluntarios, las más mayores no miran con cara de preocupación, esponjas, agua, isotónica, agua, isotónica, agua, esponjas…  ya estoy en la pasarela del voluntariado, me apoyo en una valla he intento estirar, del dolor se me escapa un grito y algún que otro exabrupto, un policía se me acerca y me pregunta si me encuentro bien. Le contesto que sí, que solo me duelen las piernas, que ya es bastante cuando se está corriendo. Empiezo a cruzar la “pasarela del Voluntariado” y todo me da vueltas, por un momento me pasa un rayo, creo que era Chema Martínez,  me quedo parado y pensativo, estaré viendo visiones.
 

Fin del la Pasarela, mucha gente, mucha animación ¿que hago? Me salgo a la izquierda y abandono, kilómetro treinta y nueve o sigo a la derecha. Pregunto alrededor si hay algún patinador o patinadora cerca y a lo lejos la veo acercarse, me presta el bote y me dice que no me lo lleve, bien de frío, bien de frío, otra vez tengo piernas. Tomo la decisión de correr hasta el avituallamiento del km cuarenta, pero ni un metro más. Delante de mí a un corredor se le agarrota la pierna y no besa el suelo gracias a dos personas que lo sujetan de los brazos, después de esta imagen, oigo las sirenas de las Ambulancias, se me ponen los pelos como escarpias.Me paró, me bebo un botellín, luego otro y por último dos vasos de isotónica. Las mismas palabras de ánimo, “esto está hecho”, “no queda nada”, “vamos campeón”. La verdad que sería de la Maratón de Zaragoza sin sus voluntarios.Decido seguir andando toda la avenida, otra vez frío, otra vez alivio. Al fondo veo que los corredores giran hacia la Expo, y ese es mi siguiente objetivo, llegare aunque sea andando, o sea andando. Entro en el frente fluvial y allí decido correr, lo intentaré por lo menos.Y así lo hago, quedara solo un kilómetro, se me suben otra vez los gemelos y noto que me brotan lágrimas de los ojos. Sí, estoy llorando, no se si podré seguir corriendo, pero la fuerza del maratón lo puede todo y no paro hasta la meta. No veo nada ni nadie, soy yo solo contra la fuerza de la maratón. Eso si, cruzo la meta y no corro ni un milímetro más. Se me acerca uno de los miembros de la organización y me pregunta ¿Qué tal? después de estrecharme la mano, mi contestación es contundente: “muy mal”. Y la conversación se cierra con un “no te preocupes, habrá más carreras”. Me entreganla medalla, ni la miro. Voy en busca de mis compañeros y al verlos todo cambia de color, lo hemos conseguido.
Los amigos al completo
Esta vez el MARATON me intentó derrotar, me tuvo en sus manos pero me levanté y le gané, cuatro a cero. El año próximo veremos quién gana. Ahí queda el reto.