A todos aquellos que nos ven empujando la pared:
Nuestra única intención es estirar cuadriceps y gemelos. En ningún caso queremos mover el edificio ni ganar espacio a la calle para poder aparcar en batería (aunque moverlo, lo hemos movido).


jueves, 9 de agosto de 2012

EL PERIODO ESTIVAL

Ya avanzado el verano y el blog se encuentra como la forma: algo apagado.
Temperaturas de treinta y pico hasta cuarenta grados centígrados hacen que la fabulosa máquina que es el cuerpo humano disminuya sensiblemente su rendimiento.

Con las primeras calores se nota el bajón de ritmos en los corredores habituales con los que nos cruzamos, pero es en las semanas de "ola de calor" donde más se acentúa esta ralentización.

Las liebres, no tienen claro este año si correr la maratón de Zaragoza o no. Unos dicen que no están motivados, otro que teme las salidas largas con el calor ¡coño, y las cortas!. pero hete que aquí estamos mal-llevando un "plan" para la carrera de Filípides. Sin pretensiones, sin rigor, sin "ná de ná"... No hay más que echarle un vistazo al mismo para hacerse una idea de lo que hay (o  no hay". Plan sin kilometraje, sin ritmos y, encima no se respeta.

Ya veremos como llegamos a las últimas semanas de agosto que en mi opinión serán las que nos marquen la pauta y nos decidan si vamos o no vamos.



Por mi parte, quitando lo anterior, poco que contar. Fin de semana de visita familiar en Collado-Villalba (Madrid) y salida por el parque de "El Coto". Algo más de cuarenta minutos trotando por la dehesa rodeado de encinas y pinos, atento a la posible salida de algún jabalí y con bajadas al rio Guadarrama.



Entrenamiento divertido, por diversos terrenos naturales. Desde pistas muy bien acondicionadas en la zona del parque hasta bloques graníticos en la zona del rio. Sube y baja y vuelta a subir. Lo que en otras condiciones podría hacerse algo duro, ahora con el paisaje variado, nada que ver con el del terreno en el que habitualmente realizamos nuestros entrenamientos, se hace mucho más llevadero, gratificante.  Son entrenos en los que se echa de menos a los compañeros, con los que disfrutaríamos más de la observación total de la naturaleza en todos sus aspectos: la geología, la flora y la fauna del lugar. Es el correr natural y por la naturaleza, con paradas para ver qué senda coger, para observar de cerca algún pajarico o alguna planta, sin tener en cuenta ni los ritmos ni la velocidad de zancada ni los kilómetros ni nada de nada. Solo una pega: enseguida me encontré con un coto de caza vallado que me hizo volver. No me gusta meterme por sitios en los que continuamente te repiten que estás en un lugar privado, ya he tenido alguna que otra trifulca con algún guarda por el tema.

Después de la carrerita, vuelta a la urbanización y a la piscina (baño reparador con el agua algo más fría de lo que habitualmente la tenemos en Zaragoza) y cervecita en la terraza.


Otro año que volvamos buscaremos nuevas rutas. Y es que los corredores tenemos algo de exploradores.