A todos aquellos que nos ven empujando la pared:
Nuestra única intención es estirar cuadriceps y gemelos. En ningún caso queremos mover el edificio ni ganar espacio a la calle para poder aparcar en batería (aunque moverlo, lo hemos movido).


lunes, 28 de septiembre de 2015

CORRIENDO POR LA RIBERA BAJA

10 K FUENTES DE EBRO.

Ya hace tiempo que no habíamos decidido apuntarnos a alguna carrera. 
Sebastian y Paco, un servidor, decidimos apuntarnos a una carrera en un pueblo cercano y a una buena hora, las diez de la mañana.
Como los dorsales, camisetas y las dos "cebollas" ya habían sido recogidas el dia anterior en la tienda Zenith en Zaragoza, madrugamos poco y a las nueve horas quedamos en el muro. Como  casi siempre, Sebastian hizo de chofer. Y hacia Fuentes nos dirigimos.
 Llegamos a fuentes y encontramos buen parking delante del Pabellón. Ya te comente Alfonso que el pabellón estaba en alto, con lo que no lo tocamos.
Que gusto estas carreras, sin los agobios y las apreturas de esas otras que a veces nos toca correr.

Una visita a los servicios, visitando el magnifico pabellón con el que cuenta la localidad, y a la faena.
Unimos el dorsal a la camiseta, de estreno por supuesto. Ya se empieza a ver animación, y sobre las diez menos veinte empezamos a calentar, primero por el circuito a las afueras del pueblo y luego ya nos vamos acercando a la línea de salida. 
Estaremos unos setenta atletas (¿?) preparados para que suene el pistoletazo, ya hemos visto que los primeros kilómetros son en cuesta. Entonces comenta Sebastian, "por que no vamos con la liebre de 4:30 min/km". Lo mire, creo que entre sorprendido y alucinado, y comente "no creo que pueda llevar ese ritmo, ni en sueños". De otra cosa podríamos hablar si le hubiera hecho caso.
Las diez, el amigo Celedonio, cuanto tenemos que agradecer a este enamorado del deporte aragonés, dice que todavia faltan dos minutos. Tocara esperar. 
Por fín, PUM, suena la señal y salimos todos bastante rápido, como ya he dicho la calle pica hacia arriba, pero el primer kilómetro cae en menos de 4:20 min/km. Bueno pues puestos en faena esto no va nada mal. Llegamos al punto mas alto del circuito y seguimos las dos liebres juntas. Sosteniendo un buen ritmo. Subidas tendidas y bajadas rápidas, entramos ya por el centro del pueblo, la calle principal, llegando a la plaza de la Iglesia. Esto me lo conozco y se que hasta la meta (5 km) es todo subida. Luego tocara repetir vuelta.
El quinto kilómetro todo en subida se me hace duro y se nos va a 5:10 min/km.  Vuelvo a retomar velocidad cuando la subida se hace más tendida y veo que los kilómetros vuelven a caer entre 4:26 y 4:35, la verdad es que me encuentro bien.
. En el kilómetro siete me encuentro con fuerzas y adelanto a la primera mujer y a otro veterano, y  me  quedo en tierra de nadie. Faltan ya solo dos kilómetros, por delante llevo a otros dos corredores a unos metros, pero no puedo ir a por ellos. Por mucho que intento cambiar no puedo subir el ritmo.
Ya desisto y sigo a mi ritmo para acabar dignamente, sin muestras de estar cercano al desfallecimiento.


Llegada a meta y entonces oigo al amigo Celedonio,: "hace su entrada en estos momentos Sebastian Calvo", creo que a mi no me ha nombrado, siempre habrá clases...

Terminada la faena, nos acercamos a la mesa, preparada para tal efecto, y nos pertrechamos de bebida isotónica y agua, para recuperar lo perdido.

Solo tocaba esperar a las clasificaciones, por ver si había tocado la lotería. Antes de esto, vemos las carreras de niños de todas las edades, divertido ver como se esfuerzan las nuevas generaciones.
Al llegar a la categoría de veteranos mayores de 45 años, observo como el que sube en tercer lugar es el que llevaba a escasos metros durante los últimos kilómetros. Luego vería en la clasificación que me saco dieciséis segundos.
Bueno hemos disfrutado que es lo importante y contentos con las marcas entorno a 46-47 minutos sin haber entrenado mucho, y viendo el circuito, me hace acabar satisfecho.

Bueno, Fuentes de Ebro, aunque yo te veo todos los días, espero sufrirte el año que viene en la proxima
10 K. Hasta la vista.

Próximo objetivo, Mularroya....



jueves, 24 de septiembre de 2015

DONDE LAS LIEBRES DIERON A CONOCER SU CAMISETA....

III CARRERA REINO DE LOS MALLOS

Un viernes cualquiera te levantas de la cama y preparas lo que comienza a ser el último día de  la semana laboral. Sin otras expectativas que las de las habituales rutinas y de poder comenzar un fin de semana sin demasiado esfuerzo.

Todo eso cambia cuando tu compañera en la vida te comenta que una escapadita en plan novios estaría más que bien.
Hete aquí que uno se ilusiona como cuando era un adolescente, hasta que escucha de nuevo la dulce voz de su amada diciendo  ‘’Llévate las zapas’’.
Pero… ¿y la escapadita de novios?
Escapadita hubo y de novios también, pero menuda forma de demostrarnos amor y cariño.
-Esto es lo que se entiende ahora por ‘’Escapada de novios’’


Nos presentamos en Murillo de Gállego el domingo por la mañana, con ‘’las zapas’’ y las cosas del correr. Habíamos engañado a un amiguete a ultimísima hora del sábado y se acerco a la línea de salida sin saber muy bien donde se metía.
No sabe donde va y con quién.

-Aquí diciéndole ‘’La carrera es corta y preciosa, nos lo vamos a pasar chupilerendi’’

Así que después de comprobar que estábamos inscritos, como siempre, fuimos a cambiarnos y poder hacer el calentamiento previo.
Ella- Bueno ¿Te gusta esta escapada romántica?
Él- Estooo…  No lo acabo de ver.


La carrera del Reino de los Mallos tiene 3 modalidades. Una larga  de casi 23k, la corta de 13k y medio y una carrera para los peques de 2,5k.
Rutas

Nos habíamos inscrito en la modalidad corta, ya que en el verano no habíamos metido kilómetros a las piernas y sabíamos, por experiencia propia, que a estas carreras vienes en condiciones o no las terminas o te puedes medio infartar.
Nos colocamos en la línea de salida y comentamos que lo suyo sería salir con un paso alegre pero sin alardes, para poder ponernos en el grupo de delante e intentar evitar el típico embudo a los 2-3 kms y no quedarnos parados. La idea era salir a 5min/K y luego ya pasar a 5.40-5.50 y tirar Mallos arriba.
Dieron la salida y noté que algo ligeros íbamos, en el Garmin quedó marcado un 4.20 pasado el primer kilometro… Igual nos calentamos un poco, la verdad.
Así que tocó levantar el pie y ser conscientes de que  todo agosto sin prácticamente correr y salir en el primer kilometro como si lleváramos entrenado 3 meses para una maratón nos iba a reventar enseguida.
Salimos de Murillo y enfilamos camino hacia el pueblo vecino, y más famoso, Riglos.
La llegada a Riglos es cómoda. No encontramos  los temidos tapones iníciales por algún estrecho sendero y se llega a buen paso. Lo que si te encuentras es algo curioso. Antes de llegar a Riglos se cruza una pasarela colgante que permite el paso al otro lado del Gállego en la que, obligatoriamente,  te piden que la atravieses andando por aquello de la seguridad y estabilidad.
Pasarela en cuestión.

Una vez cruzada, se retoma el ritmo y a los 4,5 kms aprox.  , desde la salida,  correteamos por las calles de Riglos para comenzar a ascender a los Mallos.
Como apunte decir que la subida la hacemos por donde hice la bajada en la I Carrera de Los Mallos de Riglos el año anterior, y que si bajarla en aquella ocasión me pareció bastante técnica y exigente después de 20 kilómetros corriendo por el monte, subirla ahora me estaba haciendo pensar que era una manera de ‘’calentar’’ los gemelos y las lumbares de ensueño… (Modo irónico off).
Comenzamos a ‘’trepar’ y ya sentimos lo que nos espera. Subida escarpada y dura, nada de paseo por el campo y notamos la inactividad veraniega. Comprendemos enseguida que  sin entreno suficiente, esta subida nos fundirá vivos. Así que tirando de cabeza y tragándonos el orgullo, adoptamos el paso montañero y dejamos que nos pasen los más valientes y preparados.
Intentamos, entre resuello y resuello, disfrutar del maravilloso entorno y sus vistas.

Seguimos adelante y seguimos notando como pican los cuádriceps  y nos cantan los pulmones. La subida de las trae y mantenemos un paso acorde a la exigencia que sufrimos.
Modo trote-caminata montañera en todo su apogeo.
En el kilometro 7,5 aproximadamente, coronamos el punto más alto de la carrera y nos damos un merecido y necesario respiro, parando a oxigenar, beber y comer algo de fruta, por ese orden.
La subida es patente.

Tomando el necesario descanso nos sorprende ver llegar detrás de nosotros a otra pareja conocida que también habían planeado una escapada romántica de novietes… Esto del correr perjudica mucho la salud mental.
Digo sorprende, porque dicha pareja nos había sobrepasado 2 kms atrás y verlos llegar nos hizo preguntarles que les había ocurrido. Sencillo, se habían equivocado de camino. Suele suceder en estas pruebas, y habían tenido que desandar un trecho, nada grave.
Se han dado casos de corredores que han alargado sus carreras por perderse y sumar gratis unos kilómetros más a las piernas, vaya faena.
Iniciamos el descenso y después de un tramo algo técnico al que había que prestar atención por aquello de tropiezos y caídas, llegamos a un sendero en el que podemos correr tranquilamente y solo disfrutamos de la carrera sin observar mucho donde pisamos. Pero es algo pasajero, ya que a los 2 kilómetros como mucho, quizá menos, volvemos a meternos en tramos sinuosos y con piedra suelta.
Todo esto nos conduce al Barranco de la Mota que, en otras condiciones, lo habríamos bajado a fuego, pero la cosa no estaba para tirar cohetes. Decidimos entonces  hacer la bajada a ritmo prudencial hasta llegar al camino que lleva de nuevo a Riglos. Nos ponemos paralelos a la vía del tren y enfilamos hacia Murillo.
Antes de llegar, volvemos a atravesar la pasarela colgante en modo walking y ya, finalmente, recorremos los últimos tramos entre arboleda varia a trote ligero.
La llegada a meta, como no podía ser de otra manera, se hace en subida. Para recordarte de que  aunque no falta mucho, aun no has llegado. Es una manera divertida a la par que graciosa de acabar con lo que te queda de aliento. Sabes que ya has llegado, oyes la megafonía, la gente animando en meta pero hay que apretar y seguir subiendo.
Llegados sanos y salvos, recuperamos la poca vida que nos queda y después de unos breves estiramientos nos acercamos a  darnos la merecida ducha, con agua del tiempo, para refrescar ideas y sensaciones.
Que bonita camiseta
Nos quedamos en la zona de llegada esperando, estirando  y aplaudiendo al  resto de corredores para luego asistir a la carrera de los más pequeños y posteriormente a la entrega de trofeos.
Aquí llega la bomba de la mañana cuando anuncia el speaker local que mi gacelilla ha quedado tercera en su categoría y consiguiendo un puesto en el podio. Entre sorpresa y alegría, ya que habíamos llegado sin entrenar y con la sola intención de pasar la mañana haciendo lo que más nos gusta, corretear por el monte, la gacelilla lebruna se  sube junto  a las otras 2 corredoras para recibir su trofeo.
Momento foto

Para finalizar nos fuimos a comer a la Plaza del ayuntamiento  de Murillo. Lugar donde habían instalado una carpa y nos dimos un merecido homenaje. Subrayar que la organización y el menú de la comida nos sorprendió mucho y gratamente, ya que comimos en cantidad y calidad (Primero, segundo, helado, fruta, agua, cerveza, vino y de remate café) y los turnos para pasar a buscar la comida fueron divertidos y peculiares.
Nada más que decir.
Una carrera preciosa y dura. Una muy buena organización y unas ganas enormes de volver para la siguiente edición. Otra prueba que se puede convertir en una fija del calendario.

Volveremos.