A todos aquellos que nos ven empujando la pared:
Nuestra única intención es estirar cuadriceps y gemelos. En ningún caso queremos mover el edificio ni ganar espacio a la calle para poder aparcar en batería (aunque moverlo, lo hemos movido).


lunes, 1 de octubre de 2012

VI MARATÓN DE ZARAGOZA 2012


“Cómo lo hemos vivido”

A la llegada, con la medalla de "finisher"
 
7:40 De la mañana, del Domingo 30 de septiembre de 2012. Hace una buena temperatura, fresca porque es temprano, pero el día augura que el tiempo va a acompañar. Puede hacer viento pero ni por asomo el mismo de la pasada edición.

Las tres liebres nos encontramos, como siempre, en la pared del número 6 de Brazato. Llevamos las mochilas y bajamos tranquilamente andando hasta el parque Grande. Hay unos pocos nervios, pero seguro que desaparecen en el momento del pistoletazo de salida.

Estirandoooooooooooo
7:55 Llegamos al parque, poco ambiente de maratón, ni siquiera se oye música o al “speaker”. Al poco la ponen. Esto ya es otra cosa. Lo primero que hacemos es estirar un poco, después dejamos las mochilas en el camión de la UME (se las llevarán a Meta) y a los aseos a echar la meadica del miedo. Trotamos dos minutos y ocupamos nuestro sitio en los cajones de salida. Mientras vamos hacia allá observamos en cada árbol del jardín de Neptuno (no es exageración) a un andoba miccionando, useáse, meando. Decidimos al día siguiente llamar al “estudio de guardia” y denunciarlo: “Estos desgraciaos que corren, no tienen bastante con cortar la circulación que encima se van meando por los árboles, fíjese Vd que yo voy con mi Lilí (perrita de apenas cinco meses) y me vea a un gacho con el colgajo fuera, pobre Lilí!”.

Vuelta al Parque
Bajada por la ladera del cabezo
8:30 Con la música a tope se da la salida, al igual que el año anterior, de la emoción se nos pone “la gallina de piel”. Vuelta al parque. Cogemos el grupo de 3h45min. Discurriendo por las avenidas anchas de S. Sebastián y de los Bearneses, Paseo de los Platanos. Paco y Jose Mari se colocan en el lado derecho del pelotón, yo en el izquierdo. Vamos tan apretados que me cuesta una vuelta entera colocarme junto a ellos. Nos mandan hacia el canal, cruce del puente de la Avda de América y vuelta por el otro lado. En el km5, tras el avituallamiento,  nos metemos por entre los pinares y el barrio de Torrero, para girar a la derecha y, cruzando de nuevo el puente hacia el cabezo, volver a bajar al parque. A Paco la próstata se la juega y tiene que irse detrás de un seto.  De nuevo vuelta al parque y ya, definitivamente, en el km 9 salimos al canal por las Ocas, esta vez dirección Casablanca. Propongo hacer otra parada para “echar la quiniela” pero no se admite. Vaya.   

Seguimos en el grupo de las 3h45min, numeroso y con buen ambiente, marcando el ritmo Muri y su mujer  Isa, corredores populares muy reconocidos en Zaragoza.

Foto copyright JM Jr.
A la altura de la pasarela del stadium Casablanca (9h26min clavados, como habíamos supuesto), nuestras mujeres y  JM junior nos saludan. Subimos al puente de Vía Ibérica, lo cruzamos y bajamos por el otro lado. Nos vuelven a saludar y JM jr.  nos echa unas fotos que, a la postre, serán las mejores de todas en las que hemos salido.

Canal, detrás del cabezo de Buenavista
Km 12 pasando el puente del “ojo del canal” volvemos al lado derecho de este. Uno del grupo “7:45” casi se traga un hito de piedra de los que señalan el anillo verde en el canal. –Eso, os pasa a los del “7:45” por veniros a este lado del rio a correr- le digo- ja, ja, pero si yo vivo en Cala Verde- Me comenta, y así vamos hablando un ratico de las cosas del “correl”.

Pasamos de largo la entrada al parque (ya hemos tenido bastante parque por hoy) y volvemos a la altura del puente de la Avda América. Aquí tomamos la “subida de Cuellar” en este caso de bajada, lo cual se agradece mucho. Ya estamos en el km 15 (¡más de 1/3 ya hecho!) y, a la vez que agua, en el avituallamiento nos dan isotónica. José Mari coge una que comparte. Yo prefiero, si se puede, tomar algo de isotónica porque a estas alturas hemos perdido ya muchas sales y el agua sola no las repone.
Bajada de Cuellar

Por José Pellicer tomamos la Avda de Tenor Fleta, hasta casi el final, la Avda de San José. El grupo se encuentra exultante, la gente ya ha cogido el ritmillo y se encuentra a gusto, hablando, contando chistes, haciendo “la ola” en cada kilómetro o cuando unos amigos o familiares nos saludan. Esto es la cara divertida del maratón. Pero la mayoría de los que estamos en el grupo (pocos van a cumplir los cuarenta) somos veteranos y sabemos que esto no durará hasta el final. Pero mientras dure hay que disfrutarlo, ¡qué leches!.

Bajamos San José, con cuidado, pues desde la bajada de Cuellar, la calle no está cortada al 100%, sino que nos dejan un carril. El resto es para los automovilistas. No se puede ir contra el sacrosanto derecho del conductor, aunque sea dominguero.

Llegamos a Cesáreo Alierta, avenida runeril donde las haya. No en vano por ella discurren muchas de las carreras populares fijas del calendario (maratón, media maratón, 10k, San José…). Al final de la misma, km 17 llevamos algo más de hora y media de carrera. Los kilómetros pasan a 5´20´´ clavados.

Torcemos por Camino de las Torres a coger Miguel Servet. Más “olas” y más animación. Al final nos meten hacia el parque de Torre Ramona y nos vuelven a sacar a Miguel Servet en el km 20. Pasado el 19 decidimos tomarnos el primer gel de glucosa. En el 20 hay avituallamiento. Me cojo una botella de agua y un plátano completo. Primero bebo agua, voy dos minutos con el plátano en una mano y la botella en la otra. Algún viandante se me queda observando con curiosidad. Pelo el plátano y me como algo más de la mitad, al final Paco me ayuda a acabar con él pues si no lo tendría que tirar. Entre el gel, el plátano y el agua vamos bien servidos.

Paso del Medio Maratón (km 21)
Así, tomando el tercer cinturón en el cruce de Veterinaria,  llegamos al km 21 (Media Maratón y puesto de control). Tiempo 1h50min. Muy bien, hemos bajado el tiempo de paso del año anterior. Esto va pero que muy bien.

Km 22 y bajamos a Echegaray y Caballero. Aquí nos cruzamos con los primeros que vienen de vuelta a subir al puente del 3er Milenio. Seguimos a contracorriente con los buenos. Rápidamente, en el  km 25 C/San Gil, entre la Lonja y el Palacio Arzobispal. Gran animación, música y un grupo de chicos de un colegio metiendo un ruido infernal, animando a garganta pelada. Muchos aplausos y vítores. Aquí entramos en el casco viejo y  se nota. Paco me comenta que le acaban de recargar a tope las pilas. Se agradece el callejeo por detrás de la Seo, San Vicente de Paul, Mayor, Alfonso I, Pza San Felipe, vuelta a calle Mayor y entrada triunfal en la Plaza del Pilar. Esto es lo que me va, calles estrechas, con público animándote y los coches bien lejos. En la plaza de San Felipe nos ocurrió una cosa muy curiosa. Es el km 26 y pico, apareció el famoso “tio del mazo”.  No imaginaba que fuera tan feo.

La verdad es que se “manifestó” en forma de borrachín faltón que, desde un banco donde se había esparcido, nos gritaba: “Idiotas, que no os aplaude nadie, que sois malos”. Menos mal que el personal se lo tomo a risa que si no alguien le hubiera sacado los efluvios etílicos de un guantazo. Pero bueno, la vida a cada uno lo pone en su sitio. El “tio del mazo” no sorprendió a nadie.
Cruce, c/Mayor con c/Alfonso I

Volvimos a salir por la jarana a Echegaray y Caballero. Cruce de puente de Piedra, chino-chano que a estas alturas (km 27) la pequeña pendiente del puente se hacía una buena costera.

Puente de Giménez Abad
Cruzamos a la otra orilla del rio Ebro hasta tomar el puente de Hierro, por el que volvemos a cruzar a Echegaray y Caballero. Por esta dirección 3er Cinturón, llegamos al puente de Giménez Abad, subimos al mismo, lo cruzamos (km 30) y vuelta por la entrada del barrio de La Jota, de nuevo subida al rio. Aquí perdemos el globo de las 3h45.

Seguimos el rio aguas arriba, se empieza a notar más el cierzo que nos da de cara, nos meten por el Paso de Longares. Comienzo a notar muy sobrecargados los cuádriceps (el muslamen, para que nos entendamos). Esto es nuevo para mí, pues esperaba el dolor de tendón de Aquiles, de gemelos y alguna molestia del esguince. Estos hace varios kilómetros que no me molestan. Pero la sobrecarga de cuádriceps no. Intento olvidarme de ella.

Este tramo no me gusta especialmente pues su único objetivo es el de sacar kilometraje. Hace tiempo que ya están los voluntarios en patines con los botes de frio para dar a los corredores. Yo paso por ahora, Paco y José Mari ya se han dado antes. Llegamos a la Avda Cataluña en el km 33. José Mari se para, nos dice que sigamos. Me da la sensación de que abandona, pero Paco se vuelve y me comenta que sigue. Yo decido tomarme el segundo gel, miro hacia atrás y me parece verlo. Paco ha perdido su gel, pero José Mari llevaba dos. Le daría uno.

A este no lo volvimos a ver… hasta meta, claro. No hay que ponerse en lo peor.

De aquí en adelante seguiríamos Paco y un servidor. José Mari, tras aplicarse réflex abundante que llevaba en la mochila, sufriría un verdadero calvario para llegar al final. Solo, con fuertes molestias en la rodilla, lateral de la pierna y cadera (esto último posiblemente derivado del cambio de posición de la pierna para afrontar la molestia). Faltaban ocho kilómetros por delante que es un entrenamiento ligero para nosotros, pero todo un “muro” después de 34 kms y más de 3 horas de correr ininterrumpidamente.

Seguimos Paco y yo. Me doy frio en los cuádriceps. Me sienta bien.

En un momento dado Paco me comenta que, si quiero, tire para adelante, que él va a su ritmo. Como no tengo constancia de haber alegrado el ritmo, lo considero un pequeño “bajón” de mi compañero, le digo que eso es una chorrada, que después de llegar hasta allí no iba a ir yo por delante. Que “visualice” mentalmente el momento de llegar, la cerveza que se puede tomar después… Me pongo a su lado y enseguida, se recupera del bache. Seguimos.

De nuevo pasamos a la altura del puente de hierro, km 35 avituallamiento con medio plátano y vasito con isotónica. Parece que se me han ido las molestias. He conseguido olvidarme de ellas y ya no las tengo. Todo un ejemplo de cómo esta carrera se corre con la cabeza.

Continuamos la “remontada” del Ebro por la margen izquierda, ahora nos enfrentamos con la subida al puente de Piedra. Tranquilamente, se hace. Arriba la gente nos anima, “aúpa valientes, que ya no os queda nada”, “ahora hay una bajada!”. Este es un buen problema, 3h10min y una bajada que nos hace ver “las estrellas”, pinchazos en los cuádriceps. La bajamos a la misma velocidad que la hemos subido por el otro lado.

Km 36 y llegada a Helios, cruzamos por debajo el puente de Santiago. En este momento se nos pone al lado Marta, "la abuela del maratón", con catorce nietos (doce de los cuales cuida ella misma), el público la anima y ella sigue con su pequeño paso y alta cadencia. Al final nos dejó. Increíble.
Subimos a Ranillas hasta el puente de La Almozara km 37.

Lo cruzamos, bajamos a la ribera por la margen derecha (barrio de la Almozara) y pasamos bajo el puente. Aquí abajo hay una bonita escultura con seis hombres que empujan una carreta, retorciéndose en el esfuerzo. ¡Caramba, como nosotros!. Más gritos de ánimo y “ya no os queda nada!”. Ya me está un poco tocando los c…nes esto de que no nos quede nada…

Como si no supiéramos lo que hay por delante. Pero hay que considerar que lo dicen con buena intención.

Km 38. Vamos por una zona muy mala, con un pavés que me aterroriza pues es el peor terreno para mi lesión de esguince. Encuentro una parte con baldosa, a un lateral del camino y voy por ella.  Subida a la pasarela del voluntariado. A un lado y a otro de la misma nos anima José Luis, compañero de otras carreras y su mujer.

Cruzamos y, por la otra orilla, seguimos Avda de Ranillas, de nuevo hasta el puente de La Almozara. Paco se pone delante y tira. De repente, vemos a su familia, primero a su hermana y después a su madre, mujer e hijas. Nos animan justo cuando más lo estamos necesitando. Hacemos un giro de 180º y vuelta por la misma avenida. Vemos, entre las adelfas de la mediana, a José Mari. Nos alegramos mucho de que siga, aunque yo le he visto cara de mucho sufrir.
Paso del km... ¡42! Paco y Alfonso

Pasamos por el lateral del recinto Expo, km 40, ultimo avituallamiento. “Tomamos algo aquí?”-me pregunta Paco-“Si, algo de agua”. En cuanto cogemos el agua Paco me dice que se le ha gastado la gasolina. Me quedo perplejo, pero la verdad es que se pone delante y empieza a tirar. Le digo: “Paco, no hacemos otra cosa que pillar gente, como sigas así me quedo, no puedo seguirte”. Baja un poco el ritmo y, tras pasar frente a la Torre del Agua, entramos en la Expo. Km 41.

Qué gran verdad es esa de que, tras 40 kms corridos con las piernas, 2 kms se corren con la cabeza.

Lo que nos está costando hacerlos.

Ya dentro del recinto Expo, todo muy desangelado. Apenas hay gente animando. Algunos en una terraza (parece un bar), al sol. ¡Qué envidia!. Llegamos frente al pabellón de Aragón, giro a la derecha y… ¡Dios mio, una bajada!. Un voluntario en una bici que nos dice: “Ya está; la bajada, giráis y está la Meta”. No puede entender la cara de angustia con que le miramos.

Tampoco es para tanto, son 30 m y el giro. Ya se ven los arcos. No nos engañemos. Hay que cruzarlos todos. Primero el km 42, después otro, luego, al final el bueno, el que nos “encumbrará en lo más alto del Olimpo” (hala, que pedante). El que tiene el marcador.

Y es verdad, los últimos 195 metros los corremos con el corazón. Mi hermano Pascual me saluda desde detrás de las vallas. Lo veo, le devuelvo el saludo. Paco me dice: “Ahora vendrá la peque”. No le entiendo. ¿De qué me habla?.  Al rato viene su hija pequeña y, de la mano, entramos los tres bajo el arco final.

Tiempo final 3h48min.

Deambulando por aquí me cruzo con Martín Fiz, ex-campeón mundial de Maratón, que ha corrido de "liebre" para los de 3h15. Le agradezco el apoyo a los populares y me da una palmada en la espalda. Los verdaderos campeones son así. Sencillos y cercanos.

km 42 para José Mari
Medallica de “finisher” y vuelta la vista hacia la carrera para ver aparecer a José Mari al cabo de un rato. Es un auténtico campeón, auténtico paradigma del pundonor y el sacrificio. Nuestra admiración. Yo, en sus circunstancias, hubiera abandonado.

Las valoraciones para una próxima entrada. Me quedo con la satisfacción de haber plasmado todos estos recuerdos y que hayan servido para esbozar esa intensa vivencia que supone correr la carrera.

 

jueves, 20 de septiembre de 2012

LA MARATON YA SE ACERCA

Hoy es 20 de septiembre y según las previsiones en diez días nos pondremos cara a cara con un toro dificil de lidiar, nuestra tercera maratón.

Siempre durante estos días previos uno se dedica a bucear por interneta para encontrar consejos y pequeños detalles para mejorar en algún aspecto. Hoy, haciendo esto, he encontrado este articulo, me parece bastante interesante.

Copio y pego el artículo de Manuel, en el foro de www.elatleta.com.

CUANDO CORRERLO
Cuando lo tengas claro. Nunca con menos de 3 meses de preparación, mejor si es más.
DONDE
Mejor en una ciudad grande y con mucho apoyo del público.
FECHAS/CLIMA
Mejor que no haga mucho calor, ni mucho frío, ni mucho viento o lluvia (claro que esto no se sabe seguro, pero según la ciudad y las fechas, te haces cierta idea de las probabilidades…).
ZAPATILLAS
Al menos 1 cm. de sobra por delante, buena amortiguación, a ser posible no muy pesadas, y con suficientes Km. y tiempo de uso como para descartar rozaduras o molestias. Tampoco conviene que estén muy gastadas porque podrían amortiguar poco: te sorprenderá cómo te puede parecer que van perdiendo capacidad de absorción de impactos en los últimos 10K de la carrera.
CALCETINES
De COOLMAX y sin costuras. Puede suponer la diferencia entre acabar con los pies ligeramente sudados y algo doloridos (de forma muy pasajera), o llenos de ampollas y rozaduras, incluso al extremo de tener que abandonar.
ROPA
Elegirla con cuidado, según la meteorología esperable. Tener varias alternativas, escuchar el pronóstico del tiempo la noche antes, y asomar a la calle antes de salir. Oriéntate según la ropa que usas en los entrenamientos largos realizados bajo condiciones meteorológicas similares a las esperables. Si hace frío, lleva algo más para cubrirte, bien una camiseta vieja y desechable, un plástico grande, o un chándal y una mochila para dejarlo en el guardarropa después de calentar. Una indumentaria mal elegida puede ser un problema adicional grave, en algunos casos. Considerar camiseta de tirantes, manga corta, manga larga, guantes, visera para el sol o la lluvia, gorro para el frío, pantalón corto o malla larga. Slip debajo, opcional (según gustos y propensión a rozaduras). La idea en cuanto a la ropa elegida es que, aunque pases algo de frío en los dos primeros Km., el resto de la carrera vayas a gusto. Toda la ropa estrenada y probada al menos en un entrenamiento de 20K. En general, si vas a ir muy rápido y/o hace calor, poca ropa, y si vas a un ritmillo tranquilo y hace fresco, algo más de ropa.
VASELINA
Imprescindible, y en cantidad. Axilas, pezones, cara interior de piernas, zonas interdigitales, bordes y eminencias de los pies. Valora si eres propenso a rozaduras en otras zonas del cuerpo. No te confíes pensando que en los entrenamientos de 20K no te hizo falta. En el maratón es imprescindible, si quieres tener bastantes probabilidades de no acabar con rozaduras o ampollas.
OBJETIVOS
Básicamente, acabar. La preparación debe ir encaminada a sentirte lo más seguro posible de que puedes acabarlo con bien, simplemente cansándote de una forma razonable (considerando la magnitud del esfuerzo).
TIEMPO
Debe ser un objetivo secundario, pero nunca se debe obviar un cálculo aproximado, puesto que, si vas muy lento, estarás corriendo mucho más tiempo del necesario, lo cual agota y fastidia más de lo necesario, y si vas demasiado rápido, es posible que no acabes, o que sufras una verdadera agonía para acabarlo. La clave es acabar jodido, pero contento.
CÓMO PREPARARLO
Partiendo de la base de la preparación previa de carreras de entrenamiento, realizar un programa de entrenamiento al uso (hay muchos disponibles). Es recomendable NO seguirlo al pie de la letra. Es mejor mirar varios, no quedarse con ninguno, y adaptar el esquema general que se observe en ellos a las posibilidades del corredor concreto. Si el grado de entrenamiento es superior al momento pre-maratón (x semanas para la fecha clave) en que te encuentras, intentar mantener ese mismo ritmo hasta que se iguale al del plan a seguir. Después, avanzar según el plan.
Es conveniente descansar 1-2 días por semana, o incluso 3, si se tercia. Se puede hacer entrenamiento cruzado con otros ejercicios físicos, para descansar las piernas, sin por ello dejar de hacer ejercicio.
Durante la mayor parte de la fase principal del entrenamiento (unos 3 meses antes) se correrán al menos 50-60K/semana. Se irá aumentando la distancia semanal. No es necesario pasar de 80K/semana para acabar un maratón. Al menos una semana de cada mes se reducirá un poco el kilometraje con respecto al resto de semanas de ese mes.
Es fundamental alternar los entrenamientos largos y/o duros (series, o carreras rápidas o con muchas cuestas) con otros fáciles o días de descanso. No hacer dos entrenamientos duros en días sucesivos.
Se puede alternar con gimnasia, natación, bici, para los días fáciles o el descanso activo.
Hacer un entrenamiento de 20 ó mas Km. un día por semana. La experiencia de muchos corredores demuestra que no es estrictamente necesario hacer uno de 30K, pero no hay nada de malo en hacerlo, eso sí, nunca a menos de 3-4 semanas del maratón; los maratonianos experimentados puede que recuperen bien aún haciéndolo a menos distancia de la fecha del maratón, pero el maratoniano novel probablemente pagaría el esfuerzo. En caso de hacer, por obligación, una importante bajada de kilometraje durante más de una semana (vacaciones, molestias), no retomar de golpe el kilometraje semanal previo. Volver a ganarlo escalonadamente en 2-3 semanas.
De 1 a 3 semanas antes (según el kilometraje semanal que se esté haciendo en el penúltimo mes) hay que iniciar la desescalada de kilometraje. Con 60 ó menos Km/semana seguramente bastará con 7-10 días.
SERIES/CAMBIOS DE RITMO
No es imprescindible hacer ENTRENAMIENTOS DE VELOCIDAD/CALIDAD si sólo te planteas acabar. Pero siempre es bueno hacer series o, al menos, algún tipo de entrenamiento para mejorar la velocidad, al menos una vez por semana, durante los largos meses de entrenamiento. Te ayudará a sentirte más preparado, más seguro y confiado, y en última instancia, a llegar antes, lo cual no es ninguna tontería.
CUESTAS
Arriba y abajo. Largas y cortas. Aparte de la obviedad de que te las encontrarás en carrera, ayudan a fortalecer los músculos de las piernas. Un día cada semana, o cada dos semanas, pero no en la semana previa al maratón.
GIMNASIA O DEPORTES ALTERNATIVOS
Puede que baste con hacer abdominales y natación. Probablemente no pierdes nada por probar a hacer otros ejercicios que refuercen la espalda, la cintilla iliotibial, los tobillos, etc.
ESTIRAMIENTOS
Imprescindibles. No es muy conveniente hacerlos antes de empezar a calentar (caso de hacerlos, que sean muy suaves, sin tensar del todo los músculos); sí hay que hacerlos largos e intensos al terminar de correr. Siempre y en todos los entrenamientos.
RITMO DE MARATÓN
Esto es algo que supone un lío para alguna gente.Hay que saber cual es el más conveniente para uno, de cara entrenarlo en trayectos más cortos, y para seguirlo lo mejor posible en carrera. Hay tablas bastante orientativas. Una fórmula sencilla para calcularlo: multiplica por 4 tu mejor tiempo (de hace menos de un año, a ser posible) en 10K, y suma 20-25 min. Mejor aún, multiplica por 2,15 tu mejor tiempo en media (reciente). Esto te da tu tiempo probable en el maratón. Conviértelo a segundos y divide por 42,195: el resultado, reconvertido en minutos y segundos, es tu ritmo recomendable por Km. Cuenta con empezar un poco por debajo de ese ritmo, e ir cogiendo tu ritmo de crucero a partir del Km. 2-5. Trata de mantener un ritmo de carrera lo más uniforme posible, y acorde con tus posibilidades reales. No hagas la carrera de otro: haz la tuya. Según la tabla de Daniels y Gilbert, un corredor que hace 10K en 44’, hará el medio maratón en 1:38 y el maratón en 3:24. Según las tablas de Myers, las cifras serían 44, 1:37, y 3:30 respectivamente. (los tiempos de carreras como la San Silvestre o la media de Fuencarral no son demasiado orientativos, porque hay muchas cuestas largas). No hay que tomarlo a rajatabla. Sobre todo en maratón, hay muchas variables que influyen. Correr con un grupo de nivel parecido al tuyo suele ayudar a mantener el ritmo y hace más divertida la carrera, pero si crees que tienes que ir algo más deprisa, o quedarte un poco atrás, no dudes en hacerlo (sobre todo si ves que no sigues bien el ritmo del grupo: mejor esperar a un grupo que venga más lento, por detrás, que pinchar por acompañar a tu grupo).
COMIDA, BEBIDA Y SUPLEMENTOS VARIOS
El día antes, por supuesto, cena de pasta, ensalada y fruta. Poca proteína y no más grasa que la de los frutos secos que te quieras comer. Nunca improvisar ni experimentar el día del maratón. Habrá que desayunar suficientemente, pero bastante tiempo antes (2-3 horas). Nada de grasas (máximo, 3 almendras y 2 nueces); si no sabes bien la composición de tus alimentos habituales, consulta un texto, o a alguien que entienda de dietética deportiva. En todo caso, cada uno debe elegir lo que mejor le sienta, y ensayar muchas veces con cosas diversas. Lo más usado: zumo de naranja, mermelada, membrillo, bebidas isotónicas y azucaradas, fruta que se digiera bien (manzanas, peras), frutas desecadas (orejones, pasas; cuidado con las ciruelas pasas, si se comen, hacerlo bastante antes, porque pueden ser laxantes), miel (también puede ser laxante). Prueba estas cosas previamente, de una en una, al menos dos horas antes de salir a entrenar (al menos 10K, mejor 20K). Comprueba que no te dan flato, retortijones, acidez, u otras molestias. Alguna gente toma té, café, Red Bull (o similares), o Coca-cola, porque la cafeína favorece el metabolismo rápido de las grasas. Si no te producen otras molestias, son recursos admisibles: en todo caso, pruébalo en los entrenamientos. Especial cuidado con las bebidas gaseosas (le van mal a mucha gente).
Durante la carrera, calcula una pérdida media de ½-1 litro de líquido por hora (depende del calor ambiente, la humedad relativa, tu velocidad, tu indumentaria –lo más fresca posible, salvo en días realmente gélidos-, y tu hábito personal en cuanto a transpiración). Probablemente tu estómago no tolerará beberte más de 3 litros durante la carrera, pero intenta beber al menos la mitad. Ensaya en los entrenamientos el ritmo de ingesta líquida que más te convenga, usa los avituallamientos, y también botellita propia si quieres beber con más frecuencia y menos cantidad. El balance de ingesta de líquidos que más conviene cada día a cada cual hay que hacerlo sobre la marcha y según arte (depende, como decíamos, del corredor, la distancia, la temperatura del día, la adecuación de la indumentaria que hayas elegido), pero si te equivocas, tus posibilidades de acabar la carrera o hacer un buen crono disminuyen en la medida en que aumente el grado de error (mira a los maratonianos españoles en muchas de las últimas citas, deshidratación, descagues, flato, ¡qué cosa más triste!). Orientaciones: a más sudor, más electrolitos. A más frío o calor, más bebidas con componente azucarado (energía para soportar el esfuerzo extra de enfriar o calentar el cuerpo, además del de correr). Hay quien toma proteínas o incluso grasas durante la carrera, pero no todos los estómagos las toleran bien en fase de ejercicio, y en todo caso, los azúcares simples son los nutrientes que se absorben y metabolizan con mayor rapidez, por lo que son de elección. Si no te fías de la bebida isotónica que ponga la organización, lleva la tuya propia (pastillas de Isostar a disolver en las botellitas que te dan, o en la botellita propia si dan vasos o botellas sin tapón). Si dan trozos de naranja, cógelos y chúpalos, pero no te comas la fibra. Suplementos: glucosport, barritas energéticas, Powerbar, Powergel, etc. etc. Hay que probarlos uno a uno en medio de un entrenamiento y ver cómo te sienta. El azúcar del Glucosport se absorbe en unos 20 min., mejor si le añades agua nada más tomártelo, pero cuidado, no hay que beber demasiado líquido de golpe: puede darte flato o molestias gástricas (una vez más, ensayar entrenando). Tampoco es bueno beber agua muy fría (sí fresca). Resumen: hay que elegir en los entrenamientos, tras probar varias cosas, y también aprender la forma óptima de usarlos.
REVISIONES MÉDICAS
Nunca está de más hacernos una analítica y un ECG. Ante cualquier duda, añadir ecocardiograma y prueba de esfuerzo. A nadie le gustaría engrosar la lista de desgracias que, intermitentemente, van apareciendo en las carreras populares.
CACA/PIS
Con una cena rica en residuos (fibra, fruta, vegetales varios), yogur, miel, ciruelas y uvas pasas, y en última instancia, zumo de limón con azúcar al levantarte, es casi seguro que conseguirás vaciar el intestino convenientemente a primera hora de la mañana. Si te entran ganas de defecar durante la carrera, es muy probable que hayas hecho algo mal. Llévate kleenex o toallitas, e intenta mejorar la próxima vez.
Se suele beber bastante líquido el día antes. Bébete un litro de líquido con azúcares y electrollitos en fórmula iso o hipotónica durante 1-3 horas antes de la carrera. En la hora previa a la carrera intenta beber lo mínimo imprescindible (algunos, pocos, sorbos pequeños si se te seca la boca). Orina lo más cerca posible de la hora de salida, pero sin arriesgarte a perder el puesto que te mereces en el mogollón de la salida (un truco muy discreto: bote de Isostar de plástico desechable, en el que se trae agua para dar algunos sorbos antes de salir; saco de plástico puesto encima para no enfriarse; bote sin tapa pasado por dentro del plástico con una mano; puntería en la boca del bote, que es bastante ancha, con la otra mano; se cierra el bote, y tras la salida, se arroja tras una valla, o en una papelera en la acera más próxima; sistema eficaz, discreto y limpio, no como lo que hacen algunos. Justo antes de salir toma unos cuantos sorbos de agua o bebida isotónica (según si has sudado mucho o poco en el calentamiento).
METEOROLOGÍA ADVERSA
Calor: beber muchos líquidos, atención a los electrolitos.
Frío: valorar la ropa (pero no te pases, que corriendo se calienta uno); unos guantes pueden ser de más ayuda que una segunda camiseta, dado que las manos se quedan frías y el cuerpo tiende a permanecer más calientes que las zonas acras. Si te sobran los guantes a mitad de carrera pueden pillarse con el cinturón de la riñonera, si llevas, o con el borde del pantalón.
Humedad: acrecienta los efectos del calor o del frío que la acompañen.
Lluvia (sola o con frío). Si es sola, basta con visera para que no te entren muchas gotas en los ojos, y zapatillas que aguanten bien el agua. Si es con mucho frío, valorar manga larga, guantes, y valorar malla larga según el frío. Los corredores rápidos probablemente correrán en tirantes, pero ellos van a generar más calor corriendo, y van a estar menos tiempo expuestos al frío, por su mayor rapidez. La vaselina y otras grasas hacen resbalar el agua y protegen contra la humedad en el cuerpo, que a su vez favorece el enfriamiento de éste. Es útil, si corres de corto, darte vaselina en las rodillas, los muslos, y los gemelos.
Viento fuerte: no luches mucho contra él si te viene de cara: te agotarás. No intentes guiarte por tu velocidad, sino por tu grado de esfuerzo, que debe ser lo más regular y estable posible (muy útil usar pulsómetro). Corre dentro de un grupo siempre que te sea posible. Aprovéchalo cuando lo tengas de espaldas.
Si se juntan lluvia, viento y frío (v.g. Sevilla 2005, Donosti 2005), es realmente difícil no verse afectado por semejante conjunción de elementos meteorológicos desfavorables.
El ganador de los 100 Km. de Vallecas de 2005 corrió hasta el km. 60 con un chubasquero de plástico transparente. Dado que ganó (y era un día de frío y algo de viento, no llovió en momento alguno, y acabó saliendo el sol, con lo cual se quitó el chubasquero), supongo que es un ejemplo a tener en cuenta.
EL DEL MAZO
Expresión acuñada en la terminología ciclista, adoptada rápidamente por los maratonianos. Se dice que te pilla, te da, etc. el tío del mazo cuando de repente, en un punto del maratón, generalmente entre los km. 30-40, parece que te quedas sin fuerzas, no andas un pimiento, y tus ganas de llegar al final chocan con una especie de MURO no tanto psicológico como puramente físico. Aunque hay quien opina que hasta que no chocas contra el muro en algún maratón no eres maratoniano de verdad, personalmente estoy encantado de no haber conocido hasta la fecha al señor del mazo, más que por las referencias que dan otros…. y que siga así muchos años, y muchos maratones. Las recomendaciones que se suelen dar para protegerse ante esta eventualidad tienen sobre todo dos vertientes:
1) La más conocida es al consabida CENA DE LA PASTA. Consiste en atiborrarse de pasta la noche antes del maratón. Particularmente, encuentro más eficiente atiborrarme en la comida, y por supuesto, también cenar pasta o arroz, pero no hasta el punto de pasar indigesto la noche antes del día D.
2) Hay que entrenar para acostumbrar al cuerpo a correr metabolizando las grasas, sin que eso nos suponga una caída en picado de nuestro rendimiento en carrera (según las teorías más aceptadas, ese muro aparece cuando cambiamos del metabolismo de los hidratos de carbono complejos a las grasas). La forma más usual de hacerlo es a través de entrenamientos largos, no excesivamente rápidos. Por mi parte, estoy convencido de que ayuda bastante el correr en ayunas (tras una buena cena de hidratos la noche anterior, claro) algunos de esos rodajes largos, o bien correr a la hora habitual de comer, en vez de comer -pero habiendo desayunado bien, y tomado alguna cosilla a media mañana, tampoco hay que vaciarse de manera extrema- aplazando la comida hasta después del entrenamiento (DEJO CLARO QUE LA COMIDA SE APLAZA: NUNCA SE OMITE). Sin embargo, este tipo de entrenamiento, que yo sepa, no está muy estudiado, por lo que quien lo haga, ha de saber que lo hace por su cuenta y RIESGO.
EL FLATO
Hemos hecho bien toda la preparación, pero en el Km. 27 (por ejemplo) nos empieza a dar un dolorcillo debajo de las costillas, que se va agudizando y nos hace aflojar mucho el ritmo. A veces dura 1 km., y a veces nos obliga a abandonar. Ni siquiera está clara su causa, aunque las principales hipótesis son:
1) Haber comido o bebido demasiado, o demasiado cerca del momento de empezar a correr. También entraría en esta hipótesis el beber líquido en cantidades excesivas en un lapso de tiempo muy corto.
2) Estar corriendo por encima de nuestras posibilidades. Una y otra hipótesis nos llevan a una hipoxia parcial del diafragma (músculo que separa por dentro el tórax del abdomen, e interviene en la respiración). Las formas de prevenirlo son evitar todas y cada una de las hipótesis conocidas; si ya ha aparecido, los corredores experimentados sugieren:
a) Aflojar el ritmo de carrera hasta que pase (¡qué listos! ¿verdad? bueno, pero si no hay más remedio, es mejor asumirlo, y tratar de prevenirlo la próxima vez).
b) Presionar fuerte con la mano en la zona dolorosa, mientras doblas un poco el cuerpo hacia delante. No sé si eso sirve para algo, pero al menos consuela, y lo recomiendan maratonianos de gran nivel.
PREPARACIÓN PSICOLÓGICA
Si no se ha hecho durante la fase de entrenamiento, el día del maratón probablemente te quedarás en casa con una diarrea de estrés, o abandonarás antes del Km. 35. No vale la misma preparación para todo el mundo, pero hay que estar preparado. Algunos trucos: En el Km. 27, al ver gente pararse, presa de agotamiento, calambres, etc.: esos no han calculado su ritmo bueno, han salido demasiado rápido, en cambio yo voy fenomenal de respiración, a mi ritmo, y voy a acabar muy bien. Calambres en el Km. 25-30: tenía que haberme tomado el Glucosport/Isostar un poco antes, pero me lo tomo ahora y en 20 min estoy como nuevo. Las piernas dicen que no pueden más: voy muy bien de respiración, si decido seguir corriendo las piernas van a obedecer, eso sí, mañana, agujetas, pero ya que he llegado hasta aquí, acabo. Cualquier eventualidad a menos de 10 Km. de meta: esto es menos que un entrenamiento sencillo, la carrera está hecha, voy a llegar muy cansado, pero lo difícil ya está hecho, ahora solo falta llegar enseguida para disfrutar del momento, que va a ser muy emocionante. Todo esto y mucho más hay que madurarlo durante los entrenamientos largos, con mucho calor, mucho frío, dolor de piernas, agujetas, lluvia, barro, después de un día puñetero de trabajo, cuando te apetece dejar el entrenamiento a la mitad, o no empezarlo, etc.
LA LLEGADA
Probablemente es la sensación más emocionante que se puede sentir en la vida, después del primer hijo, o el primer amor (o viceversa). Merece la pena todo el esfuerzo de muchos meses (o años) de preparación sólo por vivir ese momento. Pero además, durante la preparación se aprenden muchísimas cosas, se conoce a mucha gente maja/interesante, y también aprende uno muchas cosas sobre sí mismo; en fin, que no es solo la llegada. Si llegas bien, empezarás a pensar cual es la fecha más apropiada para repetir; es un motivo más para prepararse adecuadamente y llegar bien.
DESPUÉS
No te pares, trota despacito, camina un poco, no te sientes, haz estiramientos suaves, masajéate las piernas de abajo a arriba, con cuidado, para favorecer el retorno venoso y linfático. Bebe por un tubo, con electrolitos, hidratos de carbono y proteínas. Una mezcla alternante de Aquarius o Isostar y yogur es bastante buena. También vale tomar, zumo, fruta, frutos secos, o un bocata de jamón con una botellita de agua, pero la absorción de nutrientes disueltos en líquidos y en forma esencial o simple es más rápida. Un par de horas después come todo lo que te apetezca, con especial énfasis en hidratos de carbono y proteínas. Dedica el resto del día básicamente a descansar, beber, comer, hacer estiramientos suaves, pasear y darte masajes superficiales.
Al día siguiente, hay quien dice que no se debe hacer nada. Es normal tener unas agujetas monumentales. Personalmente, me apunto a la carrerita corta y lentísima: unos 15-20 min., a ritmo de 6-7 min./Km.; al principio te parece que se te van a romper las piernas por todas partes, como si fueran de cristal de Bohemia, pero mágicamente, a los 8-10 min., las agujetas van aflojando. Esta pequeña carrera de calentamiento ayuda a disolver los cristales de lactato acumulados en los músculos. El segundo día después se puede repetir; también viene bien nadar un poco. Hacia el 4º día es probable que ya no tengas agujetas, o sean mínimas; no es preciso correr, pero yo suelo hacer 6-10 km. a ritmo tranquilo, por el campo. Poco a poco se puede ir recuperando, en 2-3 semanas, el ritmo de entrenamientos que a cada uno le guste llevar. Quien ha acabado un maratón, ha acabado un maratón: ya es un maratoniano (de alguna forma eso te puede ir haciendo una persona distinta, y es de esperar que mejor en algunos aspectos, y no peor en otros). Pero lo bueno es cuando te acostumbras a correr un maratón cada cierto tiempo: ahí sí que vas entendiendo muchas cosas. En resumen: ¡Esto es la bomba!
APÉNDICE (VA SIN SEGUNDAS)
SEXO PRE- O POST-MARATÓN
Cada vez que sale el tema en un foro de corredores la cosa se alarga de manera innoble, inoperante y aburrida. El resumen de todos los estudios con algún viso de cientificidad al respecto en tan simple como el siguiente:
1) Si practicas el sexo la noche antes del maratón (u otra carrera importante) verás que es posible que la carrera en cuestión te salga mejor de lo habitual, y también es posible que te salga peor (o incluso que te salga igual que siempre).
2) Si practicas el sexo media hora antes de salir a correr un maratón, al menos date una ducha entre lo uno y lo otro, que en la salida está la gente muy junta y una cosa es oler a sudor al acabar, y otra oler a todo eso que sabemos ANTES DE EMPEZAR. Además, prepárate para que te duelan ciertas partes durante buena parte de la carrera (aunque llega un momento en que esas partes ya parece que van aparte y como que ni se perciben).
3) Es muy probable que tu pareja te sugiera practicar sexo esa misma noche. Según un estudio realizado en maratonianos populares, la probabilidad de que su pareja les proponga realizar el acto sexual unas horas después de haber corrido un maratón es entre 2 y 15 veces mayor que cualquier otro día. Los motivos no son difíciles de imaginar (¡verás como hoy no puede!, si es que a su edad… ). Es fundamental hacer una demostración de que el maratón se ha corrido con las piennas, y no con otra cosa , pese a los simbolismos habituales de que para acabar el maratón hay que echarle… . Después de eso, te mirarán de otra manera , no lo dudes, y nunca más te volverán a hacer comentarios indeseados sobre tu edad y tus posibilidades físicas para según qué cosas.

jueves, 9 de agosto de 2012

EL PERIODO ESTIVAL

Ya avanzado el verano y el blog se encuentra como la forma: algo apagado.
Temperaturas de treinta y pico hasta cuarenta grados centígrados hacen que la fabulosa máquina que es el cuerpo humano disminuya sensiblemente su rendimiento.

Con las primeras calores se nota el bajón de ritmos en los corredores habituales con los que nos cruzamos, pero es en las semanas de "ola de calor" donde más se acentúa esta ralentización.

Las liebres, no tienen claro este año si correr la maratón de Zaragoza o no. Unos dicen que no están motivados, otro que teme las salidas largas con el calor ¡coño, y las cortas!. pero hete que aquí estamos mal-llevando un "plan" para la carrera de Filípides. Sin pretensiones, sin rigor, sin "ná de ná"... No hay más que echarle un vistazo al mismo para hacerse una idea de lo que hay (o  no hay". Plan sin kilometraje, sin ritmos y, encima no se respeta.

Ya veremos como llegamos a las últimas semanas de agosto que en mi opinión serán las que nos marquen la pauta y nos decidan si vamos o no vamos.



Por mi parte, quitando lo anterior, poco que contar. Fin de semana de visita familiar en Collado-Villalba (Madrid) y salida por el parque de "El Coto". Algo más de cuarenta minutos trotando por la dehesa rodeado de encinas y pinos, atento a la posible salida de algún jabalí y con bajadas al rio Guadarrama.



Entrenamiento divertido, por diversos terrenos naturales. Desde pistas muy bien acondicionadas en la zona del parque hasta bloques graníticos en la zona del rio. Sube y baja y vuelta a subir. Lo que en otras condiciones podría hacerse algo duro, ahora con el paisaje variado, nada que ver con el del terreno en el que habitualmente realizamos nuestros entrenamientos, se hace mucho más llevadero, gratificante.  Son entrenos en los que se echa de menos a los compañeros, con los que disfrutaríamos más de la observación total de la naturaleza en todos sus aspectos: la geología, la flora y la fauna del lugar. Es el correr natural y por la naturaleza, con paradas para ver qué senda coger, para observar de cerca algún pajarico o alguna planta, sin tener en cuenta ni los ritmos ni la velocidad de zancada ni los kilómetros ni nada de nada. Solo una pega: enseguida me encontré con un coto de caza vallado que me hizo volver. No me gusta meterme por sitios en los que continuamente te repiten que estás en un lugar privado, ya he tenido alguna que otra trifulca con algún guarda por el tema.

Después de la carrerita, vuelta a la urbanización y a la piscina (baño reparador con el agua algo más fría de lo que habitualmente la tenemos en Zaragoza) y cervecita en la terraza.


Otro año que volvamos buscaremos nuevas rutas. Y es que los corredores tenemos algo de exploradores.


miércoles, 27 de junio de 2012

II CARRERA SUBIDA A CABEZO SAN BOROMBOM. MUEL 17 DE JUNIO 2012

Domingo 17 de junio 8:45 horas, dos miembros del grupo Liebres de las Nieves no dirigimos hacia la localidad de Muel para participar en la bonita, a la vez que exigente, carrera de montaña subida al cabezo San Borombon.  Llegamos en pocos minutos a las Piscinas de esta bonita localidad, y nos ponemos en la fila donde se están entregando los dorsales. Recogemos los dorsales de rigor y nos dan la camiseta conmemorativa, amarillo fosforito. En ese mismo instante nos comentan que la salida, por problemas de autorizaciones de tráfico se va a dar en el pueblo, en una zona llamada el ensanche, muy cercana al parque.
Hacia allí nos dirigimos y se empieza a respirar el ambiente tan característico de este tipo de pruebas. Música a todo volumen, Celedonio García dando explicaciones históricas sobre al denominación del Cabezo, corredores estirando y, por supuesto, unos cuantos vecinos sentados en la terrazas de los bares observandonos con cara de "ande se piensan que van estos".

Cabezo de San Borombón

Empezamos a realizar estiramientos y sin más dilación nos dirigimos a la salida, unos setenta corredores, entre ellos seis mujeres.  Cuenta atras y salida, el grupo se va estirando en dirección al parque, allí unos cuantos espectadores animan a los esforzados deportistas: ¡venga! ¡animo campeones!, se agradece. Seguimos por asfalto a un ritmo bastante tranquilo, pensando en lo que se nos viene encima. Empiezan ya las primeras cuestas por el barranco, aquí ya empieza a mostrarse la dureza de la prueba. Pequeño descanso y, ¿¡ala! empieza lo bueno primeros metros corriandando y a partir de este momento empezamos a andar. José Marí va por delante y yo sufriendo a unos treinta metros. ¡JODO!, perdón por la exclamación pero ya no recordaba las pendientes que tiene esta subida. Coronamos el primer tramo y ya solo nos queda el último repecho del Cabezo de San Borombón.



 Bromas a parte ya estamos sobre el kilometro cuatro y esto nos ha llevado casi veintiocho minutos, con una media de siete minutos el kilometro. Ahora toca el primer descenso, todo para abajo, menos mal que ya se ve el primer avituallamiento. Toca botellín de agua, uno para beber y otro para el camino. Y menudo camino toca de nuevo subida hasta la plana. Subida no muy fuerte pero continua, las liebres continuamos juntas y en algún momento vamos con una pareja que parece ser llevan un ritmo parejo al nuestro. Hacemos grupeto y así se va haciendo más ameno el camino.

Corriendo y andando llegamos a lo alto de la plana de Jaulin y pasamos ya el kilometro siete, con un tiempo de cuarenta y nueve minutos, sigue la media a siete minutos el kilometro. Empezamos a llanear y nos vamos separando de la pareja que nos acompañaba. Al final de la plana ya vislumbramos el nuevo avituallamiento, en el cual además del agua de rigor nos ofrecen plátano y naranja. Lo voy a decir por primera vez, LA ORGANIZACIÓN DE 10, merece la pena repetir, si en le 2011 fue magnifica, este año se han superado.
En este avituallamiento nos volvemos a reagrupar y empezamos el descenso. La primera parte es verdaderamente empinada y se debe hacer con cuidado. Cuando la pendiente es menos pronunciada empezamos a correr de nuevo y esta es la zona de las carcavas o barrancos donde más se disfruta. Volvemos a abandonar a nuestros acompañantes. Tengo una pequeña caida sin importancia en un barranquizo. A lo lejos vemos ya al siguiente voluntario que nos incica la que llamaremos  última gran subida. Iniciamos la subida casi agarrandonos al terreno con manos y pies, pero ya alcanzada la cima otro voluntario nos indica hacia adonde debemos dirigirnos. Aquí han variado el recorrido y nos envian por un camino agrícola en buen estado, aunque muy muy muy aburrido, demasiado polvo. Empiezo a pasarlo más en algún repecho del camino y mi compañero va tirando de mí,  volviendo a reagruparnos en formación de a cuatro, esto quiere decir que la pareja nos ha vuelto a alcanzar. Por fin acaba el camino, justo en un nuevo avituallamiento. Mala suerte en esta tampoco tenían cervecita fría, pero ya llegará, ya llegará. Bebemos toda el agua que podemos y nos damos una pequeña ducha con un botellín.  Nos quedan unos cinco kilometros, esto no es nada. Sufro otro dos kilometros de camino agrícola y por fín llegamos a la ribera del Huerva (o de la Huerba). El camino discurre por una senda bastante entretenida y además disfrutamos por fin de algo de sombra. Poco a poco nos acercamos hacia el pueblo y en pocos minutos nos encontramos ya en el parque de Muel. Último kilometro, un pequeño voluntario en bicicleta nos indica por donde debemos pasar y después del último repecho nos econtramos ya en la carretera y vislumbramos a lo lejos la meta.

Por fin hemos terminado, J.M. ha finalizado bastante entero, pero yo termine verdaderamente jod.... Aún me duelen las piernas. El año que viene habrá que entrenar cuestas de verdad, no esas subiditas del parque.

Llegando a la meta,bien hermandos

Nos acercamos al avituallamiento. Ya podrían aprender en otras carreras de "prestigio", plátanos, naranjas, sandia, melón, bebida isotónica y agua a libre disposición. Después de entablar animadas (o cansadas) conversaciones con otros participantes, nos dirigimos hacia las piscinas, donde nos sorprenden con otra invitación, bocadillo de jamón con pan con tomate y bebida a disposición, aquí si que me bebo una fresca cervecita. J.M. no puede disfrutas del zumo de la cebada y se conforma con otra isotónica.


Por última vez y definitiva, ENHORABUENA A TODOS LOS QUE HAN COLABORADO Y HAN PARTICIPADO. Carrera MAGNIFICA y ya con ganas de repetir.


miércoles, 20 de junio de 2012

CRÓNICA DE UN ENTRENAMIENTO QUE NO DEBIO DE SER...

O, PÁ HABERME MATAO!

Bueno, entretanto viene la crónica de San Borombón, voy a hacer una pequeña contribución al blog más pensando en entretener que en informar de nada importante. Y es que, aunque mis compañeros de equipo, han estado compitiendo de manera regular y seria, este que escribe muy a su pesar ha preferido no forzar la máquina y limitarse a algún entrenamiento más o menos exigente en la manida soledad del corredor de fondo.

Así, el lunes pasado, aprovechando que el resto de liebres andaba descansando de la competición del día de antes, me planteé un entreno-exploración por los montes de Cuarte.

La idea era llegar hasta la balsa de riego del camino de Cuarte por el monte para, una vez bajada la cuesta del Royo, "encontrar" un camino a mano izquierda que me dirigiera al barranco de Montañés, ya en su curso medio. De esta forma se podría organizar una salida matutina para hacer un circuito por monte con un recorrido de unos 23-24 kms hasta el Canal Imperial en la zona de Valdegurriana.

El entrenamiento iba a ser en plan "explorador". Si bien tengo los h* pelaos de bajar la cuesta del Royo (en bicicleta), nunca me he fijado bien en el susodicho camino lateral. Posiblemente debido a la extrema velocidad, cercana a la de la luz, que llevamos.

Esa era la idea.

Ahora vienen las condiciones.

La tarde está de bochorno, chispeando un poco y el cielo parcialmente cubierto de nubes. Una de dos: O llueve o no. Como a mi siempre me han respetado los elementos meteorológicos, me decido a salir. Me coloco la riñonera con el bidón de agua casi a tope y el teléfono con el GPS activo. Lo del teléfono  es una decisión que tomo habitualmente si salgo solo. Por si acá.

Empiezo.

Tras los estiramientos, libaciones y demás liturgia pre-carrera, me dirijo al trote hacia el canal. Aquí ya empiezan las primeras complicaciones. La riñonera se mueve mucho y adopta una posición lateral derecha que me impide bracear bien. El codo me pega en el bidón. Me coloco y recoloco el cinturón a la altura de la cadera, me lo ajusto más. Nada, siempre va para el mismo sitio. Además el vaivén del bidón se me transmite por la correa a la zona del vientre y me produce unas pequeñas molestias.

Dejo el canal y me dirigo, por la pequeña barranquera al lado de la arrancapedos hacía la parte alta de los pinares. No lo hago directamente, sino que tomo una senda a la derecha que, aunque hace más largo el recorrido, a mi me parece más bonito ya que crestea por el último monte del pinar y hay unas vistas preciosas a la zona de la Cra de Valencia.

Llego al camino del tiro de bola y llaneo por el mismo hasta los puentes del 4ª Cinturón y AVE. Me sigue molestando la riñonera. Pero como el ritmo es tranquilo no me preocupo. Aquí empieza a cerrarse más el cielo y a chispear algo más fuerte.

Paso por las instalaciones del vertedero de escombros. Me ladran tres enormes perros que, por ahora, están confinados junto a una caseta. Son las 20:10 h. Seguramente en media hora los soltarán por el recinto que, aunque vallado en su perímetro, no me fio de que tenga algún hueco, se salga alguno y me dé un susto. No sé que tienen que vigilar allí ¿zaborros y escombros?. Decido que volveré bajando el barranco de Valdeconsejo que es más tranquilo.

Dejado atrás el vertedero y ya tomado el camino de Goya, comienzo con los subeybaja y toboganes. Este tramo es divertido, pero ya llovizna, empiezo a notar dolor en el vientre y, para más inri, veo a lo lejos relámpagos que caen sobre lomas altas. Pero sigo.

Llevo un par de kilómetros por el camino y el dolor en el vientre se me hace insoportable, además los relámpagos están cada vez más cerca. Vëo el resplandor y cuento: uno, dos, tres... veintitrés ¡Borrombooooooom!. Vaya, están cayendo a 6 kms de distancia. Como no sé de dónde viene la tormenta me empiezo a preocupar. Además la llovizna arrecia.

Ya tengo a la vista la subida a la Balsa, pero me asusta el hecho de tomar una posición más elevada, por el riesgo de una descarga. No hay nada alrededor más alto. Recuerdo la historia de un tío norteamericano que, en su vida le cayeron tres truenos. Me preocupa que a mi sólo me pueda caer uno...

Además en todo el trayecto (desde el tiro de bola) no me he cruzado con alma alguna. ¿Pero a qué gilipollas se le iba a ocurrir coger la bici un día como hoy?.

Paso por el desvío que baja a Valdeconsejo y no me lo pienso dos veces, para abajo que me voy. Tengo que bajar altura para estar más seguro. Lo de encontrar el dichoso caminito habrá que dejarlo para otro día. Me quito la riñonera y me la coloco en bandolera como los polis americanos llevan la pistola. Mucho mejooor, andevasaparaaaar!.

Me tiro para abajo como alma que lleva el diablo, pero con cuidado porque el pie ya está empezando a notar las irregularidades del terreno. Ahora si que empieza a llover de lo lindo, como voy totalmente calado ni lo noto. No tengo frio y el camino descendente me ayuda. Los relampagos semejan enormes flashes que encienden la tarde, por lo demás oscura y triste. Vuelvo a contar: uno, dos, tres... dieciséis. Vaya, están cayendo a 3,5 kms. Me voy acercando a la tormenta. Debe estar al otro lado de la Cra de Valencia, en la zona de la ciudad deportiva o por ahí. No me preocupa, bajo por el fondo del barranco y alrededor mio todo está más alto. Necesitaría una buena toma de tierra para que me cayera algo (aparte de una ionización muy alta del aire y que la nube estuviera cargada muy positivamente). Todas estas disquisiciones técnicas me tranquilizan.

Sigo bajando y empiezo a sentir las piernas totalmente anquilosadas. La humedad y el fresco del ambiente me estan afectando más de lo que me imaginaba. Ahora ya llueve copiosamente y el camino empieza a tornarse un barrizal. Las piernas empiezan a doler, menos mal que tras un giro, a lo lejos ya se empiezan a ver las primeras naves del polígono industrial. Y con ellas llega el asfalto y acaba el riesgo del barro. Para colmo comienzo a notar el recurrente dolor del tobillo.

Pero no puedo parar. ¿Dónde me meto?.

Los primeros charcos han hecho su aparición, me meto en dos de lleno. Las suelas de las zapatillas ya empiezan a adquirir un extra de barro (recuerdo las "Retuerta´s Drag Queens" :-). Me quedan 150 metros para la subida al polígono. Suena el móvil. Será mi mujer. Tengo que cogerlo porque si no se va a llevar un susto. Me paro en la peor zona, me hundo en el barro, contesto: "Dime... si.. bien, jodo como me estoy poniendo, pero me lo estoy pasando cojonudo (miento), ya estoy por Cuarte (vuelvo a mentir) ya volviendo, si... vale, adios, enseguida estoy allí". Cuelgo y vuelvo a quedarme en la soledad del corredor "destalentao" de fondo.

El minuto y medio de conversación ha dado para mucho, ha arreciado más, los cien metros hasta la subida al polígono han quedado impracticables, me meto por un sembrado y, aunque la tierra está hueca, no está tan embarrada como el camino (pues este último tiene una capa de limos que lo deja con la lluvia sin posibilidad de utilizarlo). Al final salgo a asfalto.

La vuelta desde Valdeconsejo ya no tiene mayor problema. Es una zona ya por la que discurre gente (aunque sea en coche), asfaltada. Me siguen doliendo las piernas y la molestia del vientre pero ya sé que, chino-chano, con cierta tranquilidad llego a casa. A lo mejor paro en el restaurante de la Fuente de La Junquera y espero algo a que escampe.

Pero llego y decido seguir. No puedo parar, calado como voy hasta el tuétano. Me quedaría frío totalmente. ¿Podría volver a retomar la carrera con todos los dolores de las articulaciones y musculares que llevo?. Sigo y  llego al canal, un kilómetro y ya estoy en casa.

Llego, estiro bien y subo a casa. Mi hijo me tiene que traer las zapatillas de estar por casa porque no puedo entrar con las que llevo. Ahora la ducha caliente y a descansar.

Realmente, si uno se pregunta con cierta distancia, ¿Y esto para qué?. ¿Hubieras salido si te hubieras imaginado lo que te iba a caer encima?. Las respuestas no serían tan lógicas como cabría esperar. Por lo menos en lo que a mi respecta.  ¿Por qué? pues porque lo necesitaba. Llevaba desde el miércoles sin salir y algo me carcomía por dentro. Y sí, hubiera salido igual, quizás hubiera ido por otro sitio pero...  ¿No pertenecemos a esa subespecie humana de los "locos que corren"?, pues eso.

¡Hala, co!. ¡Tiraaaaaa!.

martes, 12 de junio de 2012

CRONICA DE UNA CARRERA ANUNCIADA

 O (NADA, PARA LO QUE PODIA HABER PASADO)

José Mari H. llegando a Meta

    La verdad es que me hacia ilusion ir a la Transmontesblancos, mas que nada por probar aunque fuera en la mas pequeña de todas, la de 12 k, eso de las carreras de trail, de montaña,o en esta ocasión , mas bien  de monte. Pero bueno, no todos los días se puede asistir al nacimiento de una prueba como esta, y estoy seguro que esta ha sido la primera y no va a ser la última.  A lo largo de la semana se fueron confirmando los pronósticos de altas temperaturas, el jueves a las 21 h. teníamos casi 30º, así que el soleado amanecer del sábado no hacía sino confirmar que iba a ser un dia ciertamente sofocante

    Sobre las tres y media cogía el coche ( 45º ) y casi sin  poder tocar el volante me dirigía a recoger a José Luis, el otro estalentao con quien  en esta ocasión iba a compartir aventura.


    Llegamos pronto a La Puebla, sobre las 16,45h. y tras aparcar en las inmediaciones nos dirigimos a las piscinas y campo de futbol, donde estaba situada la salida y la meta. Calor asfixiante, sin paliativos. El aire quemaba, por dentro y por fuera. Llegamos justo a tiempo de ver como se iban preparando los atletas que participaban en la TMT 23. También vimos a Almasy, omnipresente  yendo y viniendo, saludando gente, revisando, organizando… la verdad es que creo que se lo ha currado un montón. Curioseamos un poco viendo al personal y sobre la 17 h., hora taurina, comenzó a sonar la música de Metálica, emocionante ciertamente, y cuando cesó la música… A correr¡¡¡¡

    Tras la salida del numeroso grupo, ya nos dirigimos al coche para cambiarnos y ponernos también el traje de faena, que aunque mas liviana que la suya, también nos iba a hacer sudar la gota gorda.

    Como había tiempo de sobra, curioseábamos por allí y hubo una cosa que me llamó la atención. Que prácticamente no vi a nadie estirando o calentando, como es habitual en cualquier prueba (aunque supongo que con temperaturas cercanas a los 40º, lo de calentar está de mas).

    A las 18 h casi en punto, vimos llegar al primer clasificado de la de 50 kms, bastante entero, y que solo le oía decir: ha sido muy duro, muy duro…

    Con estos y otros menesteres fue pasando el tiempo hasta que sin pensarlo nos vimos en la 18h 25 min. Nos colocamos en la línea de salida y un momento después nos dieron la salida… ¡¡¡sin música de ánimo, ni nada!!!: hala, ya podéis salir¡¡¡¡. Bueno, pues a correr.


    Salimos mas bien en pelotón por los aledaños del campo de futbol, todavía por asfalto, que duró poco porque enseguida tomamos una rotonda a la derecha y cogimos una pista paralela a la carretera. Nos desviaron bajo un puente y hala… al monte. El aire era especialmente espeso. Apenas llevábamos unos minutitos corriendo y la boca ya reclamaba un traguito, o mas de uno, de lo que fuera  pero que estuviera fresquito. Se podía correr bien porque no éramos un grupo muy numeroso y enseguida se había ido estirando. Así que fuimos cogiendo nuestro ritmillo y nos encaminamos hacia los primeros tramos que eran bastante llanos, con subibajas muy suaves hasta que sin previo aviso llegamos a una rampa de unos 150 metros  que ni las de la montaña rusa del parque . En palabras de Jose Luis…: “hubo un momento en que levanté la vista y no se veía el cielo” . Evidentemente, subimos esa rampa andando. Una vez coronada, nos dirigimos  a una serie de toboganes que eran bastante divertidos puesto que eran subiditas cortas que eran compensadas enseguida con fuertes descensos. Sin forzar demasiado íbamos cogiendo gente y dejándola atrás.


    Se veía ya a lo lejos el toro por el que teníamos que pasar y la verdad es que nos acercábamos rápidamente a él. Parecía que no habría mas inconveniente hasta que nos dimos cuenta de que el toro estaba bastante alto y nosotros, con tanto tobogán,  habíamos bajado bastante: una nueva rampa que esta vez sí pude subir corriendo. Aproximadamente en 30 min. Habíamos llegado al toro que estaba prácticamente en el km. 6. En él, hicimos un tirabuzón y seguimos camino hacia Alfajarín, donde llegamos poco después a una  ermita donde estaba el avituallamiento: una botella de agua de litro y medio, que tratamos de aprovechar lo mas que pudimos bebiendo y echándonosla por encima, para refrescarnos. De allí seguía una vertiginosa bajada por escaleras donde Jose Luis se quedo rezagado porque volvía a tener ampollas en el pie: ¡ Sigue… que ahora te alcanzo¡

    Enseguida llegamos hasta la altura de la carretera y tras un tramo un poco mas salvaje por la cantidad de maleza, cogimos una pista bastante rectilínea y prácticamente llana de vuelta hacia la Puebla. Ritmo de trote suave, que era suficiente para ir recuperando posiciones e ir adelantando gente, algunos de los cuales se veían bastante tocados. De reojo, iba vigilando las nubes que, gracias a Dios, ocultaban por completo el sol y nos daban  un respiro, incluso la manta de agua que se veía a lo lejos, nos acercaba de vez en cuando unas ligeras gotitas que se agradecían un montón. Sin agobios, los kilómetros fueron pasando suavemente y antes de darme cuenta le estaba indicando a otro corredor que solo faltaban dos kms, menos que del parque a casa, por lo que era hora de recobrar un poco la compostura y entrar con un poco de dignidad. Adelanté a los últimos corredores justo antes de entrar al campo de futbol y como me sabia la jugada porque la había visto al ver llegar al primer clasificado de la tmt50, tras un quiebro justo tras pasar el arco desde el que habíamos salido, me interné en el campo de futbol, siguiendo unos conos de colores que se suponía que te marcaban el camino hacia la alfombra roja de honor para marcar la llegada a la meta. Y de esta manera enfilé la meta  palmeando las manitas de los niños que me salían al paso entrando Jose Luis  un poco después por las molestias en el pie.  


    Tras un rato de descanso y varios refrescos, animando a  los que iban llegando después, nos despedimos de la I Tmt, justo antes de que llegara la tormenta que se llevó las hojas con los tiempos que habíamos hecho…


    En definitiva, un buen sabor de boca en una carrera que habrá que repetir en próximas ediciones.


Un saludo
Purk68