A todos aquellos que nos ven empujando la pared:
Nuestra única intención es estirar cuadriceps y gemelos. En ningún caso queremos mover el edificio ni ganar espacio a la calle para poder aparcar en batería (aunque moverlo, lo hemos movido).


martes, 12 de junio de 2012

CRONICA DE UNA CARRERA ANUNCIADA

 O (NADA, PARA LO QUE PODIA HABER PASADO)

José Mari H. llegando a Meta

    La verdad es que me hacia ilusion ir a la Transmontesblancos, mas que nada por probar aunque fuera en la mas pequeña de todas, la de 12 k, eso de las carreras de trail, de montaña,o en esta ocasión , mas bien  de monte. Pero bueno, no todos los días se puede asistir al nacimiento de una prueba como esta, y estoy seguro que esta ha sido la primera y no va a ser la última.  A lo largo de la semana se fueron confirmando los pronósticos de altas temperaturas, el jueves a las 21 h. teníamos casi 30º, así que el soleado amanecer del sábado no hacía sino confirmar que iba a ser un dia ciertamente sofocante

    Sobre las tres y media cogía el coche ( 45º ) y casi sin  poder tocar el volante me dirigía a recoger a José Luis, el otro estalentao con quien  en esta ocasión iba a compartir aventura.


    Llegamos pronto a La Puebla, sobre las 16,45h. y tras aparcar en las inmediaciones nos dirigimos a las piscinas y campo de futbol, donde estaba situada la salida y la meta. Calor asfixiante, sin paliativos. El aire quemaba, por dentro y por fuera. Llegamos justo a tiempo de ver como se iban preparando los atletas que participaban en la TMT 23. También vimos a Almasy, omnipresente  yendo y viniendo, saludando gente, revisando, organizando… la verdad es que creo que se lo ha currado un montón. Curioseamos un poco viendo al personal y sobre la 17 h., hora taurina, comenzó a sonar la música de Metálica, emocionante ciertamente, y cuando cesó la música… A correr¡¡¡¡

    Tras la salida del numeroso grupo, ya nos dirigimos al coche para cambiarnos y ponernos también el traje de faena, que aunque mas liviana que la suya, también nos iba a hacer sudar la gota gorda.

    Como había tiempo de sobra, curioseábamos por allí y hubo una cosa que me llamó la atención. Que prácticamente no vi a nadie estirando o calentando, como es habitual en cualquier prueba (aunque supongo que con temperaturas cercanas a los 40º, lo de calentar está de mas).

    A las 18 h casi en punto, vimos llegar al primer clasificado de la de 50 kms, bastante entero, y que solo le oía decir: ha sido muy duro, muy duro…

    Con estos y otros menesteres fue pasando el tiempo hasta que sin pensarlo nos vimos en la 18h 25 min. Nos colocamos en la línea de salida y un momento después nos dieron la salida… ¡¡¡sin música de ánimo, ni nada!!!: hala, ya podéis salir¡¡¡¡. Bueno, pues a correr.


    Salimos mas bien en pelotón por los aledaños del campo de futbol, todavía por asfalto, que duró poco porque enseguida tomamos una rotonda a la derecha y cogimos una pista paralela a la carretera. Nos desviaron bajo un puente y hala… al monte. El aire era especialmente espeso. Apenas llevábamos unos minutitos corriendo y la boca ya reclamaba un traguito, o mas de uno, de lo que fuera  pero que estuviera fresquito. Se podía correr bien porque no éramos un grupo muy numeroso y enseguida se había ido estirando. Así que fuimos cogiendo nuestro ritmillo y nos encaminamos hacia los primeros tramos que eran bastante llanos, con subibajas muy suaves hasta que sin previo aviso llegamos a una rampa de unos 150 metros  que ni las de la montaña rusa del parque . En palabras de Jose Luis…: “hubo un momento en que levanté la vista y no se veía el cielo” . Evidentemente, subimos esa rampa andando. Una vez coronada, nos dirigimos  a una serie de toboganes que eran bastante divertidos puesto que eran subiditas cortas que eran compensadas enseguida con fuertes descensos. Sin forzar demasiado íbamos cogiendo gente y dejándola atrás.


    Se veía ya a lo lejos el toro por el que teníamos que pasar y la verdad es que nos acercábamos rápidamente a él. Parecía que no habría mas inconveniente hasta que nos dimos cuenta de que el toro estaba bastante alto y nosotros, con tanto tobogán,  habíamos bajado bastante: una nueva rampa que esta vez sí pude subir corriendo. Aproximadamente en 30 min. Habíamos llegado al toro que estaba prácticamente en el km. 6. En él, hicimos un tirabuzón y seguimos camino hacia Alfajarín, donde llegamos poco después a una  ermita donde estaba el avituallamiento: una botella de agua de litro y medio, que tratamos de aprovechar lo mas que pudimos bebiendo y echándonosla por encima, para refrescarnos. De allí seguía una vertiginosa bajada por escaleras donde Jose Luis se quedo rezagado porque volvía a tener ampollas en el pie: ¡ Sigue… que ahora te alcanzo¡

    Enseguida llegamos hasta la altura de la carretera y tras un tramo un poco mas salvaje por la cantidad de maleza, cogimos una pista bastante rectilínea y prácticamente llana de vuelta hacia la Puebla. Ritmo de trote suave, que era suficiente para ir recuperando posiciones e ir adelantando gente, algunos de los cuales se veían bastante tocados. De reojo, iba vigilando las nubes que, gracias a Dios, ocultaban por completo el sol y nos daban  un respiro, incluso la manta de agua que se veía a lo lejos, nos acercaba de vez en cuando unas ligeras gotitas que se agradecían un montón. Sin agobios, los kilómetros fueron pasando suavemente y antes de darme cuenta le estaba indicando a otro corredor que solo faltaban dos kms, menos que del parque a casa, por lo que era hora de recobrar un poco la compostura y entrar con un poco de dignidad. Adelanté a los últimos corredores justo antes de entrar al campo de futbol y como me sabia la jugada porque la había visto al ver llegar al primer clasificado de la tmt50, tras un quiebro justo tras pasar el arco desde el que habíamos salido, me interné en el campo de futbol, siguiendo unos conos de colores que se suponía que te marcaban el camino hacia la alfombra roja de honor para marcar la llegada a la meta. Y de esta manera enfilé la meta  palmeando las manitas de los niños que me salían al paso entrando Jose Luis  un poco después por las molestias en el pie.  


    Tras un rato de descanso y varios refrescos, animando a  los que iban llegando después, nos despedimos de la I Tmt, justo antes de que llegara la tormenta que se llevó las hojas con los tiempos que habíamos hecho…


    En definitiva, un buen sabor de boca en una carrera que habrá que repetir en próximas ediciones.


Un saludo
Purk68





No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja aquí tu opinión