A todos aquellos que nos ven empujando la pared:
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martes, 2 de agosto de 2011

CORRER EN VACACIONES (Y 2)

Bueno, como lo prometido es deuda, hoy me toca escribir sobre la segunda ruta presentada, en este caso más que una ruta es una crónica.
"SALUDANDO A LOS ESCIPIONES"
La realización de esta ruta surgio de un recuerdo que siempre he tenido de la torre de los escipiones. Y por que tengo este recuerdo, os preguntareis, o no. Pues es una imagen de aquellas que todos tenemos de pequeños. Mi familia siempre ha veraneado en Torredembarra ,y cuando veniamos todos los veranos en aquel Renault 8 cargadito hasta arriba de todo lo que uno se puede imaginar, siempre una de las paradas de referencia era en este monumento, en el que mi padre, como ahora hago yo en otros casos, nos contaba siempre la misma historia.
Así que me levanto por la mañana con la idea fija. Estos días han sido fresquito con lo cual no creo que tenga problemas de calor ni de hidratación, craso error, ya comentaré más adelante.
Salgo de Torredembarra por la carretera N-340, primer error, debería haber evitado estos kilometros que podía haber hecho por la costa, ya que hoy ha cambiado el tiempo, brisa en la costa y calma en el interior.
Primeros kilometros sin problemas, paso Altafulla, llego al cruce de Tamarit y un poco más adelante me encuentro con una rotonda. Aquí recuerdo que mi primo Jordi me comento que salía una pista que me llevaría hasta mi destino. Busco, pero no la encuentro, sigo carretera adelante y al pasar un desvio a la izquierda que me llevaría a la Punta La Mora, veo una pista a la derecha que puede ser interesante. Ya estoy un poco harto de asfalto con lo que pienso que a algún sitio me llevara. Encuentro un cartel que indica 2,7 km hasta la Pedrera del Medol (es una cantera romana de la que se estrajo piedra para todos las construcciones que realizaron los Romanos). Sigo por la pista y después de ver un acopio de sillares, veo que esto se va a la derecha pasando la Autovia por un puente. Decido ir a la izquierda a intentar encontrar la carretera que antes he abandonado, como uno se puede imaginar esto es campo a través. Pensaba que la famosa planta "pegallosa" solo estaba en Aragón, pero mis calcetines, ya en la basura, piensan los contrario. Cojo la carretera y ya muy justito de fuerzas y de aliento llego al famoso monumento funerario romano del siglo I d.c.
Tomo un poco de agua, el cálculo que había hecho creo que no era el correcto, y ya veo que esto va a ser un problema. Llevo encima en torno a ocho kilometros, con el desvio no previsto.
Vuelvo a la carretera y esto se empieza a poner chungo, el sudor corre por mi cara, empapa la camisita y va cayendo en pequeñas gotitas al asfalto. Ahora todo lo que era suave pendiente hacia abajo se convierte en una no tan suave pendiente hacia arriba. Llego otra vez a la rotonda cercana al desvio a Tamarit y aquí ya puedo respirar un poquito pues la inclinación de la carretera es otra vez a mi favor. En este tramo empiezo a pasarlo mal, noto la cabeza fría y esto por experiencia propia quiere decir que estoy j.....do. Llego a Altafulla y tengo que tomar una decisión, subir a beber al parque del Castillo o seguir bebiendome lo poco que me queda, un sorbito. Decido lo segundo, ya que la subida al castillo puede ser un suicidio en estas condiciones. En una sombra me paro durante unos segundos y doy buena cuenta del líquido elemento que me queda. Inicio el trote otra vez y ya me animo un poco, solo quedan unos dos kilometros hasta casa. Termino en mejores condiciones de lo que pensaba cuatro kilometros atrás.
Han sido casi quince kilomentros que he hecho en una hora y veintiún minutos.

He sufrido pero me ha valido como experiencia, siempre se debe llevar agua de sobras o programar rutas con posibilidad de tener agua, o en su caso llevar algún Euro para comprar alguna botella en los cientos de establecimientos que nos podemos encontrar.
O en el mejor de los casos tumbarme al Sol con una cervecita y olvidarme de correr, aunque creo que no es buena idea.

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